MADRID, 6 Jul. (Portaltic/EP) -
Un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) ha realizado un estudio que muestra que las personas aprueban el acoso en línea como castigo cuando su receptor ha cometido un delito, incluso conociendo los aspectos negativos de este tipo de prácticas.
La estudiante de doctorado en la Escuela de Información de la Universidad de Michigan, Lindsay Blackwell, ha liderado un estudio, junto a Tianying Chen y Cliff Lampe, que trata sobre el acoso en redes sociales como Twitter y su aceptación en determinadas circunstancias.
Las personas tienden a justificar y aprobar el acoso en la red cuando quien lo recibe ha cometido "lo merece", incluso cuando los que participan en el acoso aceptan que es un comportamiento no apropiado, según se muestra en el estudio.
Blackwell califica este comportamiento como acoso retributivo o justicia retributiva, y consiste en que una persona recibe un "castigo proporcional" en comparación con el delito realizado, una especie de "ojo por ojo", explica.
La autora señala que en el entorno digital es complicado responsabilizar a las personas por sus actos, tanto por la posibilidad de guardar el anonimato como por la falta de adapación legal. De este modo, los usuarios buscan su propio método de castigo fuera de la justicia tradicional, que en ocasiones resulta en 'ataques personales, vergüenza pública' y lo que denominan 'doxing' --o la búsqueda y publicación de información privada en redes sociales o Internet con malas intenciones--.
En el estudio se citan ejemplos conocidos de acoso en Internet, como el producido en 2013 a la ejecutiva de relaciones públicas Justine Sacco, por su 'tuit' sobre el SIDA y África. Otro caso parecido fue la publicación de información personal de cuarenta millones de usuarios de Ashley Madison, el sitio web de citas, o el 'doxing' en 2017 a los asistentes a un mitin de supremacía blanca en Charlottesville (Virginia, Estados Unidos).
La profesora asistente de información, Sarita Schoenebeck, expresa que quizás la sociedad no llegue a alcanzar soluciones para castigar adecuadamente los comportamientos indebidos en Internet, ante lo que lo que le preocupa personalmente es que las personas se castigan entre ellas de "maneras injustas" y "desproporcionadas".
Para realizar la investigación, se reclutaron usuarios de Twitter, quienes tuvieron que responder a tres situaciones hipotéticas planteadas por los investigadores. En ellas, una chica, Amy escribía un 'tuit' en respuesta a otro usuario, Sarah, que, primero, había robado 100 dólares a una pareja de ancianos; segundo, había robado 10.000 dólares a la pareja de ancianos; y, tercero, no se llega a mencionar el delito.
Las respuestas de los participantes mostraron que a medida que "la exposición a una prima retributiva incrementaría la creencia del participantes de que el acoso online está justificado". Es decir, si la persona que recibe el acoso ha hecho algo para merecerlo, entonces está justificado, aun cuando este comportamiento, como señalan en el estudio, no es visto del todo correcto por los participantes.
Una segunda parte de la investigación implicaba tres grupos, uno de ellos de control. En esta parte, se presentó a los participantes una nueva situación hipotética, en la que una persona había robado 1.000 dólares y había un 'tuit' con acoso. Aquí, los participantes de los dos grupos de no control vieron cinco respuestas que estaban de acuerdo con el mensaje de acoso o cinco respuestas que estaban de acuerdo con un comentario crítico con el acoso.
Este segundo experimento no pudo probar si el nivel de justificación del acoso 'online' contra el infractor se incrementa con la severidad de la infracción, es decir, si hay proporcionalidad, dado que encontraron pocas diferencias entre el caso de los 100 dólares y el de los 1.000 dólares.
En conjunto, esta investigación, como han explicado sus responsables, ha mostrado que "el acoso 'online' se percibe como más justificado y más merecido, pero no más apropiado, cuando el objetivo ha cometido alguna infracción".