SAO PAULO 24 Jun. (Reuters/EP) -
Las mayores protestas que ha visto Brasil en décadas son una confusa y compleja mezcla de personas y mensajes. Las redes sociales como Facebook y Twitter permitieron protestas masivas como no se habían visto en el mayor país de América Latina en más de dos décadas.
Como resultado de la velocidad, eficiencia y el anonimato del activismo en Internet, ha surgido un movimiento amorfo y difícil de manejar que está más allá del control de quienes empezaron a pedir un cambio.
"Las redes sociales nos ayudaron a organizarnos sin tener líderes", dijo Victor Damaso, de 22 años, manifestándose en la céntrica Avenida Paulista en Sao Paulo en la noche del pasado jueves. "Nuestras ideas, nuestras demandas son discutidas en Facebook. No hay reuniones, no hay reglas", agregó.
Las manifestaciones han sido en su mayoría pacíficas, pero con más de medio millón de brasileños tomándose las calles el pasado jueves, vándalos y saqueadores le dieron un tono violenta a parte de las protestas. Policías y fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos, balines de goma y rociadores de pimienta.
Páginas de Facebook creadas para la coordinación, logística y 'hashtags' de Twitter han surgido para las protestas en cientos de ciudades en todo Brasil. Grupos rivales parecen disputarse el control de una de las páginas de organización más vistas de Facebook y una cuenta asociada de Twitter.
"Cualquier movimiento arriesga atraer a grupos e individuos no afiliados", dijo Angela Alonso, una socióloga de la Universidad de Sao Paulo.
"Es un precio del crecimiento. En este caso no hay un liderazgo centralizado, la administración es más difícil y se está volviendo incontrolable", sostuvo.
El Movimiento Pase Libre, un grupo de 40 activistas que marcharon por -y consiguieron- pasajes de transporte más bajos, dijo el viernes que suspendería futuras marchas por el momento debido a la creciente tensión y violencia.
Desatadas por las protestas de Pase Libre, las solicitudes de reformas en todo el país evolucionaron rápidamente en lo que ahora se conoce en Internet como Anonymous Brasil.
El grupo parece ocupar exploradores web encriptados que dificultan la identificación de administradores de páginas y adoptó la máscara de Guy Fawkes, símbolo de los piratas cibernéticos globales conocidos como Anonymous, aunque se desconoce si ambos están vinculados formalmente.
Aunque ello abre la puerta a toda clase de grupos marginales, la gente en el corazón de las protestas suele compartir una demanda de mejores servicios públicos.
Sus gritos en las manifestaciones, hallados en Twitter y Facebook y en pancartas en las protestas, van desde el fin a la corrupción en la política hasta reproches contra los más de 12.000 millones de dólares gastados en estadios de fútbol y otros preparativos para la Copa Mundial de 2014.