MADRID, 25 Abr. (EDIZIONES/Portaltic) -
El concepto de 'formatear el disco duro' es una de esas nomenclaturas tecnológicas que mucha gente escucha por recomendación del informático/amigo de turno o porque incluso se lo llega a pedir el propio dispositivo. Se trata de un terminología importante que debe ponerse en práctica para que cualquier ordenador funcione adecuadamente y se mantenga como el primer día (o lo mejor posible).
Formatear es "dar formato a un disco", tal y como indica la Real Academia de la Lengua Española. De la mano del disco duro, este concepto hace referencia a eliminar lo que se encuentra en la unidad de almacenamiento, dejándola como quieras, aunque lo las habitual es dejarla a cero. Dicha práctica se lleva a cabo por motivos de todo tipo, desde instalaciones limpias del sistema operativo hasta borrar archivos residuales, dependiendo de las necesidades de cada uno.
Aunque no sepas cómo hacerlo y tengas que pedir ayuda o buscar un tutorial, sí que es importante que conozcas por qué y cuándo, ya que puede ahorrarte algún que otro quebradero de cabeza tecnológico a lo largo del tiempo.
LAS CLAVES DEL FORMATEO
Formatear es reducir un disco duro a la configuración inicial, al estado de fábrica, dejando la unidad totalmente limpia para instalar en ella cualquier cosa. Lo que se hace, pues, es prepararlo para que el ordenador en el que funcione tenga el software y los archivos que tu quieras y como lo quieras.
Hay dos formateos posibles, uno a nivel bajo y otro a nivel alto. El bajo deja la unidad como cuando se creó en las fábricas; el alto hace que los datos se pierdan, eliminando todas las referencias y detalles de los archivos para inhabilitarlos, por lo que no los borra como tal y es posible recuperarlos con programas externos y un poco de paciencia.
Estamos acostumbrados a instalar y desinstalar constantemente programas, a cambiar las cosas de carpetas, a toquetear muchas cosas de las que incluso no estamos seguros del todo y a mil y una historias que pueden perjudicar al ordenador. El formateo es un borrón y cuenta nueva muy necesario.
Toda la basura que se almacena es perjudicial, acaba haciendo que el PC, tenga el sistema operativo que tenga, se vuelva lento y sea tedioso trabajar con él. Además, la falta de algunas librerías en los programas o en el propio sistema (archivos .dll) hacen que se vuelva todo inestable y que se pueda perder información guardada, que el ordenador se quede colgado, que los programas no abran, etc.
Al reducir todo a sus estado de fábrica, estos problemas dejan de existir; todo está como nuevo. Se trata de una solución drástica, sí, porque todo lo que tienes se borra, pero a grandes males, grandes remedios.
Una de las utilidades más populares de esta práctica es la reinstalación o cambio del sistema operativo. Una vez que todo el interior del disco duro queda vacío ya puede incluirse de nuevo ese software a través de una instalación limpia, lo cual hace que no quede basura por instalar actualizaciones, que no se llene el almacenamiento de cosas innecesarias y uno se asegura de que no hay otros programas o aplicaciones que den problemas.
Entonces, ¿cuándo hay que formatear la unidad de almacenamiento? No hay una fecha exacta, puede pasar un mes, una semana o un año desde que se puso en funcionamiento por primera vez el disco, pero hay determinadas señales que ayudan a identificar ese "momento".
Si notas que el ordenador va muy lento, utilizas algún programa para identificar errores y aún así no sabes qué pasa o tienes el disco duro lleno y no encuentras los archivos, entonces es una buena idea para llevar a cabo esta acción. Además, también es necesario hacer esto para lo relacionado con el sistema operativo que ya hemos nombrado, cuando notas que no funcionan las cosas bien o cuando te infecta un virus y tu antivirus no logra detectarlo ni actuar a tiempo para frenar los destrozos.
ALGUNOS CONSEJOS BÁSICOS
El consejo más básico que alguien te puede dar antes de realizar un formateo es que hagas una copia de seguridad de todos tus archivos. Como ya hemos hablado, se pierde todo al formatear y no es plato de buen gusto echar en falta más tarde tus archivos.
Como esta decisión es definitiva, asegúrate de tener un sistema operativo a mano que luego puedas instalar. Sin este sistema, el ordenador es insalvable y es peor el remedio que la enfermedad. En el caso de los Mac, una vez se hace el formateo el propio ordenador te ayudará con la instalación del SO preguntándote qué versión quieres cargar; en Windows necesitas tener una licencia.
Antes de decantarte definitivamente por esta técnica, echa mano de soluciones más comunes, fáciles y seguras. El formateo es necesario para corregir errores, pero muchos de ellos suelen detectarse y arreglarse pasándole un buen antivirus para detectar 'malware', utilizando limpiadores como Ccleaner para borrar residuos o desfragmentando el disco duro para eliminar los archivos muertos que han quedado vagando por la memoria de almacenamiento de tu PC.