MADRID, 8 Ago. (EDIZIONES/Portaltic) -
Kickstarter es esa plataforma que permite hacer realidad cualquier proyecto. Para llevarlo a cabo, hay que tener una idea, pero también dinero, momento en el que entra a jugar el servicio en cuestión. Invertir en una creación a través de Kickstarter no es sinónimo de éxito, o sino que se lo digan a quienes han recaudado el dinero y aún así han fracasado con su proyecto.
Este servicio - u otros como Indiegogo - permite a cualquier persona o empresa llevar a cabo un 'crowdfunding', una campaña para que la gente, los propios "compradores" financien la creación de su idea. A cambio de una contribución, se ofrecen una serie de recompensas que varían en cada campaña. De esta manera, quien está interesado en el producto contribuye con la cantidad necesaria para hacerse con él y, de paso, es con ese dinero con el que se fabrica.
Participar en una de estas campañas puede llegar a ser como una lotería: puede que inviertas tu dinero y que no llegues a ver ningún beneficio, a pesar del control que se ejercer sobre los creadores. No te pierdas esta recopilación de los fracasos más sonados de la historia de Kickstarter.
CST-01, EL RELOJ MÁS FINO DEL MUNDO
CST-01 llegó a la plataforma en 2013 como el reloj más fino del mundo con tan solo 0,80 milímetros de grosor, con una pantalla de tinta electrónica y un cuerpo de acero inoxidable. En apenas una semana de vida, la compañía detrás del invento ya había recaudado 400.000 dólares, el doble de lo que necesitaba para hacerse realidad. Todo parecía ir viento en popa y la campaña finalizó con algo más de 1 millón de dólares conseguidos, todo un logro.
En teoría, los participantes de la campaña iban a recibir su reloj en torno a septiembre u octubre de 2013, pero en 2016 todavía no han recibido nada, ni el producto ni el dinero de vuelta. A pesar de todo el dinero conseguido, la compañía dijo que no era suficiente y el año pasado, en 2015, empezaron a buscar 1,2 millones de dólares extras de otras fuentes para poder seguir adelante.
En la última actualización publicada en la página de Kickstarter en mayo de este año, los creadores han anunciado que la empresa se declara en bancarrota ya que sus bienes solo alcanzan los 30.000 dólares. El proyecto está totalmente parado y parece que, finalmente, no se va a desarrollar el reloj. Lo que la compañía ha hecho con ese millón de dólares es una incógnita.
PEACHY PRINTER, UNA IMPRESORA 3D POR 100 DÓLARES
La impresión en 3D, muy popular hoy en día, es aún algo muy caro, por lo que cuando el público vio que en Kickstarter se podía conseguir una impresora 3D con escáner incorporado por 100 dólares, enloqueció. El proyecto triunfó en la plataforma y consiguió recaudar más de 650.000 dólares, una cifra bastante mayor que la que se necesitaba (50.000 dólares).
A pesar de que estaba prevista la entrega a los patrocinadores en julio de 2014, la compañía ha sufrido retrasos, pero ha seguido informando de tal manera que parecía que todo iba bien. Hasta mayo de 2016, cuando uno de los creadores publicó un vídeo en el que se anunciaban las malas noticias: se habían quedado sin dinero porque, cuando se les hizo entrega del dinero de Kickstarter, la compañía no tenía una cuenta bancaria a su nombre. A raíz de esto, un miembro del equipo, David, guardó los cientos de miles de dólares en su cuenta personal; aunque David transfirió una parte del dinero cuando se abrió la cuenta bancaria, el resto lo utilizó para construirse una casa nueva.
David prometió devolver el dinero con intereses a la empresa o a los patrocinadores, pero eso no ha ocurrido. La malversación económica ha provocado el cese del proyecto y tener a más de 4000 personas realmente cabreadas.
COOLEST COOLER, LA NEVERA MÁS FAMOSA DE KICKSTARTER
Coolest Cooler se perfilaba como el invento del siglo en Kickstarter: una nevera que no solo refrigera, sino que es portátil, incluye altavoces inalámbricos e impermeables, puertos USB, una licuadora, linterna y hasta una tabla para cortar alimentos. Con más de 13 millones de dólares recaudados, se trataba de uno de los productos con mayor financiación de la historia de la plataforma y eso que solo pedía 50.000 dólares para hacerse realidad.
Dos años más tarde de la finalización del 'crowdfunding' eran pocos los patrocinadores que habían recibido la nevera. Los creadores de Coolest Cooler tomaron la decisión de vender el producto en Amazon por 400 dólares, más del doble de lo que habían pagado los patrocinadores que aún no tenían en sus manos el producto. ¿El motivo? Necesitaban más dinero para seguir con el proyecto adelante.
A pesar de esa iniciativa, en abril de 2016 pidieron a los contribuyentes 97 dólares más para recibir la nevera. Si se negaban, tendrían que esperar aún más para recibirla, hasta que las ventas de Amazon dieran los suficientes ingresos. Más de 10.000 patrocinadores dieron el dinero y se han enviado más neveras, pero aún queda gente sin recibir su producto.
ZANO, UN MINI DRONE DE ORIGEN EUROPEO
ZANO era un pequeño drone que cabe en la palma de una mano y que tiene origen europeo. El drone es capaz de hacer fotografías y vídeos en HD, pero lo más interesante es que es autonómo parcialmente, es decir, que vuela por el solo hasta cierto punto. Se puede conectar con el 'smartphone' para ser controlado desde este.
El proyecto consiguió reunir 2,3 millones de libras, una cantidad enorme teniendo en cuenta que Kickstarter no era muy famoso en el continente europeo en aquella época. A pesar de todo, los mecenas no han visto el resultado: los creadores no sabían producir los aparatos en masa ni ajustarse al presupuesto.
Aunque sacaron a delante la primera tanda de máquinas, se gastaron todo el presupuesto y ni siquiera tuvieron dinero para el envío. El resultado ha sido que los patrocinadores se han quedado sin ZANO y sin dinero. Hasta Kickstarter realizó una investigación para ver si hubo fraude, pero se dieron cuenta que simple y llanamente los creadores no sabían cómo hacer realidad el proyecto.
MYIDKEY, UN APARATO PARA ENCRIPTAR CONTRASEÑAS
myIDkey se trató de un pequeño dispositivo que prometía almacenar y encriptar todas tus contraseñas de los registros en webs o servicios para acceder a ellas a través de la huella dactilar. El proyecto reunió casi medio millón de dólares, el triple de lo que necesitaba para funcionar, y también ganó premios en ferias como el CES de 2013, catapultándose a la fama mundial y recibiendo inversiones por un valor de 3 millones de dólares.
Aunque en septiembre de 2013 se anunciara que los mecenas empezarían a recibir su aparato, esto no ocurrió y son muy pocos aquellos que sí que se han podido hacer con el artefacto. ¿Por qué? Porque la compañía gastó toda la financiación que tenían antes de fabricar el producto.
Además, hubo problemas serios en el desarrollo: en un dispositivo del tamaño de un llavero era muy difícil meter toda la tecnología necesaria para hacer la idea realidad. Esto produjo que los pocos aparatos que salieron a la luz tuvieran fallos operativos. Hoy en día la mayoría de los patrocinadores siguen pidiendo en los comentarios de la página de Kickstarter que se les devuelva el dinero o se les envíe un producto funcional.