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MADRID, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
La cosmología que se ha desarrollado a lo largo de los últimos siglos ha respondido a múltiples cuestiones que no contaban con respuestas, como la posibilidad de vida en otros planetas, la formación de estrellas o la situación de la Tierra en un universo infinito, pero, según ha apuntado el catedrático de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Milán, Marco Bersanelli, esta ciencia "todavía no ha sido capaz de responder a preguntas como por qué hay algo en vez de nada, por qué hay realidad en lugar de 'no-realidad'".
Durante su participación en las jornadas 'Ciencia y Religión en el siglo XXI: ¿Diálogo o confrontación?' de la Fundación Areces, Bersanelli ha señalado que, aunque las teorías científicas hayan sustituido en muchos casos a las teorías mitológicas o religiosas "proporcionando una descripción racional del origen de las estructuras a través de leyes naturales", tampoco ha podido responder a otras preguntas que se han planteado a lo largo de la historia y que la religión sí ha resuelto.
"La cosmología no ha podido explicar porque existe la realidad y no la no-realidad', ni cuál es la fuente última de 'todo lo que es'", preguntas que, a su juicio, se pueden responder a través de la fe cristiana y su historia "como a través de las escrituras de otras religiones".
Además, el científico italiano ha señalado que en algunos episodios de la historia ciencia y religión han ido de la mano, como es el caso "del papel de la reforma protestante que fue un gran impulso en la expansión de la ciencia incluyendo entre sus dogmas condiciones favorables para ello".
Del mismo modo se ha referido el catedrático emérito de Ciencia y Religión en la Universidad de Oxford (Reino Unido), John Hedley Brooke, quien ha apuntado que "no es posible afirmar que el cristianismo diera luz a la ciencia moderna" pero "sí se sabe que tanto protestantes como cristianos aportaron recursos para la justificación de nuevos métodos empíricos de la investigación".
"Mientras que el renacimiento del atomismo y la mecanización de la ansiedad generada por la naturaleza teólogos cristianos, nuevas formas se encontraron resultados para volver a los principios de la integración científica y teológica, que ayudó a producir una cultura científica permanente en Europa Occidental", ha explicado.
EL CASO 'GALILEO'
El catedrático de Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid, Ignacio Sols, ha destacado el caso Galileo como una de las "guerras" más disputadas entre ciencia y religión. En este sentido, Sols ha destacado que en este tipo de disputas se producen con el fin de "ocultar la verdad" por alguna de las partes porque el tema "se vuelve muy controversial y la exactitud histórica necesaria se ignora".
Así, ha apuntado que en 1715 la Iglesia "reclutó" clérigos para que predicaran en contra de la teoría copernicana que, según las autoridades eclesiásticas "iban en contra de sus doctrinas".
A raíz de esta 'guerra' "nacieron las hipótesis", según ha explicado el matemático. "El problema en este tipo de teorías es que no se presentaban como probadas si no como probables" sin que existieran unos datos que las refutan. De este modo, en la religión nació "una desconfianza hacia la ciencia" porque sus hallazgos "no confirmaban nada" y se consideraban "como un ataque 'personal'" hacia sus creencias.
La relación entre la religión y la ciencia ha ido evolucionando a lo largo de los siglos. La directora del programa de diálogo sobre Ciencia, Ética y Religión de la American Association for de Advencement of Ciencie, Jennifer Wiseman, ha explicado que en todas las civilizaciones antiguas se han preguntó acerca de la naturaleza de los objetos celestes y desarrollado los relatos mitológicos sobre el origen de un cosmos ordenado de una sustancia primordial --el agua, el caos, entre otros--. También fue la religión quien introdujo un concepto "totalmente nuevo de la creación, por el cual el universo surge de la nada por el acto libre de un Dios amoroso y racional".
A su juicio, esta situación revela "cómo las creencias de las diferentes civilizaciones favorecieron el desarrollo de la ciencia de alguna manera". Para Wiseman, esta "relación que ha durado siglos" es la que ha llevado a la ciencia moderna a desarrollar nuevas teorías, "teorías que nacen gracias a los planteamientos de las diferentes religiones y las diferentes creencias".
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