Un gran impacto pudo crear las 'tierras altas' de la cara oculta de la Luna

LUNA
NASA
Actualizado: miércoles, 3 agosto 2011 20:22

MADRID 3 Ago. (EUROPA PRESS) -

La región montañosa de la Luna, conocida como las tierras altas lunares de la cara oculta, puede ser el resto sólido de una colisión con una luna más pequeña, según un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de California, Santa Cruz (UCSC).

El trabajo, publicado en la revista 'Nature', se basa en la "teoría del gran impacto", en la que un objeto del tamaño de Marte colisionó con la Tierra en la historia temprana del Sistema Solar y los elementos expulsados se unieron para formar la Luna.

El estudio sugiere que este gigantesco impacto también creó otro objeto, más pequeño, que en un principio compartía órbita con el satélite, pero que finalmente cayó sobre ésta, que quedó cubierta de un lado por una capa de corteza sólida de kilómetros de espesor.

Las notables diferencias entre los lados de la Luna han sido un misterio desde hace mucho tiempo. El lado más cercano es relativamente bajo y plano, mientras que la topografía de la cara oculta es alta y montañosa, con una corteza más gruesa.

"Este estudio encaja con la teoría del gran impacto sobre la formación de la Luna, que sugiere que debería existir una cantidad masiva de fragmentos en órbita alrededor de la Tierra, además de la propia Luna. Además, concuerda con lo que se conoce acerca de la estabilidad dinámica de este sistema, el proceso de enfriamiento de la Luna, y las edades de las rocas lunares", expone el profesor de ciencias terrestres y planetarias en la UCSC, Erik Asphaug.

Asphaug ya ha realizado simulaciones por ordenador del gran impacto, y afirma que la aparición de otras pequeñas lunas es común en tales simulaciones.

Así, en el trabajo, Asphaug y Jutzi crearon simulaciones por ordenador de un impacto entre la Luna y una compañera más pequeña (alrededor de una trigésima parte de la masa de la luna) para estudiar la dinámica de la colisión y el seguimiento de la evolución y distribución de material lunar. "En una colisión a baja velocidad, el impacto no forma un cráter y no causa fusión; en cambio, la mayoría de los materiales que chocan se amontonan en el hemisferio afectado formando una gruesa capa de corteza sólida, creando una región montañosa comparable en extensión con las tierras altas lunares del lado oculto", apunta.

"Por supuesto, los modelos de impactos tratan de explicarlo todo con colisiones En este caso, se requiere un choque extraño que, al ser lento, no forma un cráter, sino que amontona material en la superficie", señala Asphaug.

El modelo también podría explicar las variaciones en la composición de la corteza de la Luna, que está dominada en su lado más cercano por terreno relativamente rico en potasio (K), elementos de tierras raras (RE), y fósforo (P), denominadas rocas KREEP. Estos elementos, así como el uranio y el torio, se concentrarían en el océano de magma que se solidificó bajo la corteza de la Luna. En las simulaciones, la colisión aplasta esta capa de KREEP en el hemisferio opuesto.

OTROS MODELOS

Existen otros modelos para explicar la formación de las montañas lunares, entre ellos uno publicado el año pasado en 'Science', que sugiere que fueron las fuerzas de la marea, en vez de un impacto, las responsables del grosor de la corteza lunar.

"El hecho de que la cara visible de la Luna sea tan diferente del lado oculto ha sido un enigma desde los albores de la era espacial, tal vez sólo superado por el origen de la misma Luna", explica este estudio anterior.

Los expertos han comparado ambos trabajos y señalan que "uno de los aspectos más elegantes del nuevo artículo es que une los dos enigmas: tal vez la colisión gigante que formó la Luna también produjo algunos cuerpos más pequeños y uno de ellos cayó posteriormente a la Luna causando la dicotomía que observamos hoy".

Por ahora, los científicos señalan que no hay suficientes datos para decir cuál de los modelos ofrece la mejor explicación para la dicotomía lunar. "A medida que surjan más datos espaciales y, con suerte, muestras lunares, se aclarará cuál de estas dos hipótesis es la correcta", concluyen.