ALICANTE, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una excavación dirigida por la Universidad de Alicante (UA) con la colaboración de la Generalitat valenciana ha permitido el hallazgo de un brazalete de oro datado en la edad de bronce, de doce milímetros de ancho con dos pasadores como cierre, en el yacimiento Cabezo Redondo de la localidad alicantina de Villena, según ha informado en un comunicado el Gobierno valenciano.
La reliquia es una cinta de oro de doce milímetros de ancho con dos pasadores como cierre, que, según el Consell, será "clave" para poder interpretar las cintas aparecidas en el "tesorillo" de Cabezo Redondo. Así, las primeras analíticas sobre la composición del brazalete, realizadas en la UA, han confirmado que se trata de oro con un alto grado de pureza con una pequeña aportación de plata.
La pieza se ha hallado entre dos estratos de cereales carbonizados que se van a enviar a Estados Unidos para su análisis y datación 'radiocarbónica', lo que permitirá fijar su cronología, y por tanto, la del tesorillo de Cabezo Redondo, así como la del tesoro de Villena.
El brazalete de oro ha aparecido asociado a otros elementos de adorno, como un collar de bronce con pequeños elementos de oro, que se encuentra en muy mal estado de conservación, o un colgante de piedra, que serán restaurados por el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración.
Del mismo modo, el hallazgo de esta pieza refuerza la importancia de este yacimiento alicantino, según ha apuntado la Generalitat valenciana, que ha recordado que este enclave arqueológico comenzó a excavarse a mediados del siglo XX, y cuya musealización se inauguró el pasado mes de mayo, con la financiación conjunta de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, y del Ministerio de Fomento, a través del programa del uno por ciento Cultural.
El yacimiento de Cabezo Redondo está datado a finales de la edad del bronce, entre el año 1700 y el 1200 antes de Cristo. Se trata de un poblado de grandes dimensiones que se extiende por la cumbre y ladera meridional del cerro en el que está ubicado, ocupando una extensión de unos 10.000 metros cuadrados, de los cuales se ha excavado una pequeña parte.
POBLACIÓN AGRÍCOLA Y GANADERA
Los pobladores de Cabezo Redondo vivieron de la agricultura, y especialmente de la ganadería. La óptima situación del poblado en una zona de cruce de caminos, hacia el interior y la costa, permitieron que se desarrollase un importante comercio e intercambio de objetos e ideas.
En el área intervenida hasta el momento se han documentado un total de veintiocho construcciones principales, llamadas departamentos, de las cuales se conservan sólo doce, que están construidos con mampostería trabada con barro, y se encuentran emplazados en terrazas para salvar la pendiente. Las techumbres estarían elaboradas con vigas de madera con un entramado de cañizo recubierto de barro, y su interior es, en la mayoría de las ocasiones, diáfano.
En casi todas de estas zonas hay uno o varios bancos adosados a los muros, así como otras construcciones realizadas mayoritariamente con barro y revestidas por finas capas de enlucido, lo que ha llevado a considerar que en el yacimiento se desarrolla una excepcional "arquitectura del barro", ha explicado el Consell.