MADRID 10 May. (EUROPA PRESS) -
Una caótica maraña de filamentos de polvo y gas conforma la matriz donde se está formando una nueva generación de estrellas masivas, tal y como se puede ver en esta impresionante imagen de Cygnus-X, tomada por el telescopio espacial Herschel de la ESA.
Cygnus-X es una región de formación de estrellas extremadamente activa, ubicada a unos 4,500 años-luz de la Tierra, en la constelación de Cygnus, el Cisne.
Gracias a la capacidad de Herschel para captar luz en la banda del infrarrojo lejano, los astrónomos pueden estudiar regiones como ésta, en las que las estrellas fueron calentando lentamente el polvo que las rodeaba, agrupándolo en densos cúmulos en los que se continuarán forjando nuevas estrellas.
Los tonos blancos marcan aquellas zonas en las que no hace mucho que se formaron nuevas estrellas a partir de nubes turbulentas de polvo y gas, como las que se pueden ver en la mitad derecha de la imagen.
En esa región, los filamentos de polvo y gas se entrelazan y colapsan, dando lugar a densos nudos en los que se formarán nuevas estrellas. Por otra parte, la inmensa radiación emitida por las estrellas recién nacidas es capaz de arrastrar el material que las rodea, creando una burbuja a su alrededor.
En el centro de la imagen, la intensa radiación y los fuertes vientos emitidos por las estrellas, que permanecen ocultas a estas longitudes de onda, han calentado y despejado parcialmente el medio interestelar, que brilla en un tono azulado.
La parte izquierda de la imagen está dominada por un gran pilar de gas, cuya forma recuerda al cuello de un cisne.
Cerca de la esquina inferior derecha se puede distinguir una inmensa burbuja de polvo y gas, que parece haber sido expulsada por una estrella súper masiva que se encuentra en su centro, aunque no se pueda ver directamente en esta imagen.
Las hileras de objetos rojos y compactos esparcidas por toda la imagen se corresponden con las semillas, todavía frías, de lo que terminará convirtiéndose en una nueva generación de estrellas.
Esta imagen demuestra la extraordinaria capacidad de Herschel para estudiar el proceso de formación de las estrellas masivas, y de su influencia sobre el medio interestelar que las rodea, con un nivel de detalle sin precedentes en la banda del infrarrojo lejano.