MADRID 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Hubble ha detectado algo parecido a una 'chuche' infantil, aunque formada de gas, en nuestra galaxia vecina, la Gran Nube de Magallanes. Formada por las secuelas de la explosión de una supernova que tuvo lugar hace cuatro siglos, este campo de gas se rompió a lo largo de una serie de observaciones realizadas entre 2006 y 2010.
La delicada concha, fotografiada por el telescopio espacial Hubble de la NASA y la Agencia Espacial Europea, parece flotar serenamente en las profundidades del espacio, pero en esta aparente calma se esconde una confusión interna. La envoltura gaseosa formada con la onda expansiva y el material eyectado de una supernova rasgó el medio interestelar cercano. Llamada SNR 0509, la burbuja es el remanente visible de una poderosa explosión estelar en la Gran Nube de Magallanes (LMC), una pequeña galaxia a unos 160 000 años luz de la Tierra.
Las ondas que se ven en la superficie de la cáscara pueden estar causada por sutiles variaciones en la densidad del gas interestelar ambiente, o, posiblemente, son conducidas desde el interior por los fragmentos de la explosión inicial. La cubierta en forma de burbuja de gas tiene 23 años luz de diámetro y se expande a más de 18 millones de kilómetros por hora.
Los astrónomos han concluido que la explosión fue un ejemplo de una variedad especialmente enérgica y brillante de supernova. Conocidos como de tipo Ia, tales eventos de supernova se cree que se producen cuando una estrella enana blanca en un sistema binario roba materia a su pareja, teniendo más masa de lo que es capaz de soportar, por lo que finalmente explota.
La cámara para inspecciones avanzadas del Hubble observó restos de la supernova el 28 de octubre de 2006 con un filtro que aísla la luz del hidrógeno brillante visto en el depósito de expansión. Estas observaciones se combinaron con imágenes de luz visible del campo de estrellas circundantes que fueron captadas con cámara de campo amplio del telescopio el pasado 4 de noviembre.
Con una edad de unos 400 años, la supernova podría haber sido visible para los observadores del hemisferio sur hacia el año 1600, aunque no existen registros conocidos de una "nueva estrella" en la dirección de la Gran Nube de Magallanes en esa época. Una supernova más reciente en esta galaxia, SN 1987A, hizo llamar la atención de los espectadores de la Tierra y sigue siendo estudiada con telescopios terrestres y espaciales, incluyendo el Hubble.