MADRID 28 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las primeras rocas de nuestro Sistema Solar se parecían más al algodón de azúcar que a la roca dura que se nos presenta hoy en día, según una investigación publicada en la revista Nature Geoscience.
El trabajo, realizado por investigadores del Imperial College de Londres y otras instituciones internacionales, proporciona la primera evidencia geológica para apoyar teorías previas, basadas en modelos de ordenador y experimentos de laboratorio, acerca de cómo se formaron las primeras rocas. El estudio añade peso a la idea de que el primer material sólido en el Sistema Solar era frágil y extremadamente poroso y que se compactó en períodos de turbulencia extrema, formando los bloques de construcción que prepararon la forma de planetas como la Tierra.
El doctor Phil Bland, autor principal del estudio del Departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del Imperial College de Londres, dice: "Nuestro estudio nos hace aún estar más convencidos de que las tempranas rocas de condrita carbonosa fueran formadas por la turbulenta nebulosa a través de la que viajaron hace miles de millones de años, en gran parte de la misma manera que las piedras en un río se alteran cuando se someten a alta turbulencia en el agua. Nuestra investigación sugiere que la turbulencia causó que estas partículas tempranas se compactaran y endurecieran con el tiempo para formar primero las rocas pequeñas".
Los investigadores llegaron a estas conclusiones después de llevar a cabo un análisis muy detallado de un fragmento de asteroide conocido como un meteorito de condrita carbonosa (en la imagen), que llegó a la Tierra desde el cinturón de asteroides entre Júpiter y Marte. Se formó originalmente en el Sistema Solar cuando microscópicas partículas de polvo chocaron y quedaron pegadas, uniéndose en torno a grandes granos o partículas llamadas cóndrulos, de alrededor de un milímetro de tamaño.
Para analizar la muestra de condrita carbonosa, el equipo utilizó una técnica de difracción de electrones. Los investigadores observaron el patrón de interferencia resultante usando un microscopio para estudiar las estructuras internas. Esta técnica permitió a los investigadores estudiar la orientación y la posición de cada una de las partículas que se había unido en torno a los cóndrulos. Encontraron que los granos recubrían los cóndrulos en un patrón uniforme, lo que se deduce que sólo podría ocurrir si esta piedra pequeña fue sometida a las perturbaciones en el espacio, posiblemente durante estos períodos de turbulencia.
El equipo también definió un nuevo método para cuantificar la cantidad de compresión que la roca había experimentado y deducir la estructura original de la roca frágil.
El doctor Bland añade: "Lo emocionante de este enfoque es que nos permite - por primera vez - reconstruir la historia cuantitativa de acreción e impacto de los materiales más primitivos del sistema solar con gran detalle. Nuestro trabajo es otro paso en el proceso para ayudarnos a ver cómo se formaron los planetas rocosos y las lunas que conforman parte de nuestro Sistema Solar".