MADRID 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las últimas imágenes divulgadas de la sonda Mars Express revelan una serie de hoyos en cadena en los flancos de uno de los volcanes más grandes del Sistema Solar. Dependiendo de su origen, podrían ser blancos tentadores para la búsqueda de vida microbiana en el planeta rojo.
Las imágenes, tomadas el 22 de junio de 2011, muestran Tractus Catena en la cuadrante de Arcadia, parte de la vasta región de Tharsis en Marte. Esta región cuenta con una serie de enormes volcanes, entre ellos los tres conocidos colectivamente como Montes Tharsis. Hacia el norte se encuentra Alba Mons, también conocido como Alba Patera, uno de los volcanes más grandes del Sistema Solar por área y volumen.
Tractus Catena se encuentra en el flanco sureste de Alba Mons y las cadenas de hoyos en esta la región son una serie de depresiones circulares que se forman en los puntos de fractura en la corteza marciana.
Estos hoyos pueden tener un origen volcánico. La lava procedente de un volcán se solidifica sobre la superficie, dejando un tubo de lava fundida por debajo.
Una vez que cesa la actividad volcánica, se vacía el tubo, dejando tras de sí una cavidad subterránea. Con el tiempo, las partes del techo sobre la cavidad pueden colapsar, dejando depresiones circulares en la superficie. En la Tierra, se pueden ver ejemplos en las faldas del volcán Kilauea en Hawai, mientras que en la Luna se encuentra la fisura de Hadley, descubierta en la visita de Apolo 15 en 1971, que se cree que se formó de la misma forma hace miles de millones de años.
Las cadenas de hoyos también pueden ser causadas por bloques de la corteza marciana, que se traduce en una serie de depresiones alargadas paralelas conocidas como fosas, en las que también se pueden formar hoyos.
Pero el escenario más espectacular consiste en las aguas subterráneas. En la Tierra, hay ejemplos claros de estructuras similares en las regiones de Karst: del nombre alemán para una región que se extiende desde Eslovenia a Italia, donde se ha estudiado este fenómeno en primer lugar.
Otro ejemplo es la red de cenotes en la península de Yucatán en México. Estos pozos profundos naturales se forman cuando la superficie de rocas de piedra caliza colapsa, dejando al descubierto las aguas subterráneas por debajo.
Este origen es el más interesante en el contexto de la búsqueda de vida microbiana en Marte. Si hay estructuras parecidas a las cuevas asociadas con los pozos, los microorganismos podrían haber sobrevivido, protegidos del duro ambiente de la superficie.
Las naves que han trabajado sobre Marte han medido una radiación en la superficie alrededor de 250 veces mayor que en la Tierra, y más del doble que la experimentada por los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional. Las cuevas asociadas con estas cadenas de hoyos pueden proporcionar en el futuro un posible refugio para los astronautas de la radiación superficial.