MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
La biodiversidad sufre un continuado y serio declive en todas las regiones del mundo, reduciendo la capacidad de la naturaleza para contribuir al bienestar de la ciudadanía. Así lo han constatado los cuatro informes presentados este viernes 23 de marzo por los miembros de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), según ha informado SEO/Birdlife.
Estos estudios han sido elaborados por 550 expertos de referencia de 100 países, entre los que se encuentra España, durante tres años de trabajo. Además, los informes, que han sido aprobados este viernes en la sexta sesión del plenario de la IPBES, que se celebra en Medellín (Colombia), han alertado de que la progresiva pérdida de naturaleza en el mundo pone en riesgo la economía, los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria y la calidad de vida de la gente.
En este sentido, los autores de los documentos apuntan a que la única conclusión es la necesidad de detener el declive y revertir los usos insostenibles de la naturaleza, que ponen en riesgo no solo el futuro sino también el presente.
Así, los informes evalúan la situación en cuatro regiones globales: las Américas, Asia-Pacífico, África y Europa y Asia Central. En esta última zona, los científicos señalan la agricultura y silvicultura intensiva como elemento clave de la pérdida de biodiversidad y calculan que el 25% del suelo agrícola en la Unión Europea está afectado por la erosión, un fenómeno que puede comprometer la producción de alimento, al unirse al descenso de materia orgánica en el suelo.
"La huella ecológica en el oeste de Europa, que incluye a España, es de 5,1 hectáreas per cápita. Teniendo en cuenta que la capacidad biológica de la región es de tan solo 2,2 hectáreas per cápita con lo que el informe deja en evidencia la insostenibilidad del sistema y lo mucho que estamos perdiendo con el empobrecimiento de nuestro patrimonio natural. En un contexto así, en Europa se antoja aún más necesaria una Política Agraria Común que apuesta por la agroecología y defienda la naturaleza", ha apuntado el responsable de Energía y Cambio Climático de SEO/BirdLife, David Howell.
Por su parte, la directora ejecutiva de la organización ambiental, Asunción Ruiz ha explicado que el IPBES también se hace eco de las caídas poblacionales de aves en todo el planeta, analizando datos recogidos por voluntarios y programas de ciencia ciudadana como los de SEO/BirdLife. "Entre otras cuestiones, los autores hacen referencia a la alarmante caída de aves comunes ligadas a medios agrarios en países del oeste de Europa. Su abundancia se ha visto reducida en un 57% entre 1980 y 2013. España, como sabemos, no es una excepción", ha añadido.
Asimismo, los impulsores de los estudios han revelado que los resultados del IPBES también muestran datos preocupantes en el mar, donde el 71% de las poblaciones de peces han descendido en la última década, así como en los entornos terrestres, pues denuncian que Europa occidental ha perdido el 51% de sus humedales y el 60% de sus anfibios, entre otros muchos declives.
En cuanto al continente americano, los autores de los informes aseguran que el cambio climático será el factor de mayor impacto en la biodiversidad. Así, han revelado que, de media, las poblaciones de especies han menguado un 31% desde los primeros asentamientos de los españoles en esta región del planeta y que la caída podría llegar al 40% en 2050 como consecuencia del calentamiento global.
Por otro lado, el IPBES ha hecho un llamamiento sobre la "extrema vulnerabilidad" de África frente al cambio climático. En esta línea, han advertido que este hecho podría acarrear la pérdida de más de la mitad de las aves y mamíferos que habitan el continente, un declive de entre el 20% y el 30% de la productividad de sus lagos y una pérdida significativa de especies de plantas para el año 2100.
Además, el informe estima que, al menos medio millón de kilómetros cuadrados de suelo africano están ya degradados por la sobreexplotación de los recursos naturales, la erosión, la salinización o la polución.
En la zona de Ásia-Pacífico, los investigadores han destacado el riesgo de eventos climatológicos extremos, con potenciales consecuencias para la ciudadanía, la fauna y la flora y han alertado de prácticas insostenibles como las de la pesca pues, aseguran que, de seguir así, no habrá pesquerías explotables para 2048.
CONCLUSIONES
Entre otras conclusiones, los autores han considerado que, si no se priorizan políticas y acciones para parar y revertir la pérdida de biodiversidad, se pondrán en riesgo la posibilidad de que cualquier región, y casi cualquier país, pueda cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, fijados por la ONU, o con el Acuerdo de París.
"El cambio climático y la pérdida de biodiversidad son dos caras de la misma moneda. Estamos empobreciendo a la naturaleza y, con ello, comprometiendo nuestra calidad de vida y nuestro futuro. Las administraciones españolas y europeas tienen que ser más ambiciosas en la lucha contra la 'pobreza natural' y han de entender que es un problema global, que afecta a todo el planeta por lo que la solución tiene ser también global: en nuestra forma de vida, nuestros negocios y nuestra economía, debemos atender lo cercano, lo local, sin olvidar la cooperación y el trabajo a escala internacional", ha concluido Asunción Ruiz.