OVIEDO, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -
Greenpeace ha pedido al Ministerio de Industria y al Gobierno del Principado de Asturias que inicien de manera inmediata los trámites para el cierre de la central térmica de carbón de Aboño, propiedad de Hidroeléctrica del Cantábrico (que pertenece a la portuguesa EDP) situada en el concejo de Carreño, infraestructura a la que tacha de "insegura e innecesaria".
A través de una nota de prensa, la organización ha reaccionado en estos términos, despues de que este martes "la planta derramara diez toneladas de fuel, lo que provocó la activación del Plan de Contingencia por Contaminación Marina y el cierre de cinco playas asturianas, las de Carranques, Xivares, Peña María, La Palmera y el Tranquero", recuerda el comunicado.
La organización ecologista recuerda que, "además de los daños derivados de este episodio, hay que tener en cuenta que la central, que quema carbón importado, emitió 4,62 millones de toneladas de CO2 en 2010". En este sentido, Greenpeace reitera que la quema de carbón es una de las principales causas del cambio climático y representa "un lastre", tanto para el medio ambiente como para la economía española, por los costes que implica en materia de prevención de la contaminación y compra de derechos de emisión, pero también por los impactos sanitarios, tanto para los trabajadores del sector como para el conjunto de la población.
Recuerda además que hace unos días se consumó el cierre de la central térmica de Pasajes, en Guipúzcoa. "Ahora es el turno de Aboño, una instalación insegura e innecesaria que lastra la lucha por el clima", ha declarado Aida Vila, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace. "No podemos permitirnos mantener a flote 'pozos sin fondo' energéticos como éste, que provocan enfermedades y deterioran el medio ambiente, además de poner en jaque a sectores como la pesca o el turismo", ha añadido Vila.
Greenpeace considera que un contexto de "sobrecapacidad" de instalaciones, el cierre de centrales térmicas de carbón "(que sólo cubren el 8% de la demanda) es un paso necesario para avanzar hacia un modelo energético basado 100% en energías renovables (que ya alcanzan un 35% del mix energético) y en la eficiencia cuya viabilidad técnica y económica está sobradamente demostrada".
Greenpeace considera "inaceptable que el Gobierno traslade el peso de la lucha contra el carbón al minero, mientras justifica el mantenimiento de instalaciones obsoletas, que utilizan carbón importado y dejan en Asturias toda la contaminación. En la mina o en la calle, los asturianos sufren doblemente las consecuencias de la mala política energética del Gobierno".