MADRID, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -
La gran parte de las urbanizaciones o poblaciones españolas que están rodeadas de vegetación forestal o ubicadas en terrenos forestales, en la llamada interfase urbano-forestal, no tiene un plan de autoprotección contra incendios a pesar de que la normativa europea y española exige que dispongan de uno, según denuncia el Colegio de Ingenieros Forestales.
El colectivo ha señalado que esta circunstancia cambia las condiciones a las que se enfrentan los equipos de extinción, ya que la prioridad son las personas, luego los bienes y, por último, el monte. Además, la actuación pasa a ser de defensa en lugar de ataque, por lo que aumentan los riesgos, hay que tomar decisiones como evacuar o confinar y el escenario del operativo de extinción se complica por la presencia de varias variables.
Por todo ello, defienden la necesidad de que las urbanizaciones estén preparadas para la autoprotección, con planes realizados por profesionales forestales que prevean la evaluación de riesgos, las actuaciones de prevención, las medidas de vigilancia y alarma, los medios materiales y humanos en caso de incendio, las medidas de evacuación y la planificación ante una emergencia.
También han subrayado que, tanto a nivel europeo, como nacional y autonómico en España, hay diferentes normativas que obligan a disponer de un plan de autoprotección en estas zonas para evacuar de forma segura a los habitantes en caso de incendios, salvar las propiedades y luchar de forma eficaz contra el fuego, sin poner en peligro la vida de los equipos de extinción.
En este sentido, ha indicado que comunidades autónomas como Galicia, Andalucía, Cataluña, Extremadura, Madrid y Valencia disponen de legislaciones sobre la materia, pero que aún hay comunidades que carecen de ellas. Asimismo, ha destacado la importancia de hacer cumplir estas normativas, ya que si no "de nada sirve tener legislación si no se vela por su cumplimiento".
NORMATIVA
De este modo, las comunidades autónomas que sí disponen de dichas legislaciones contemplan que la franja exterior de protección debe ser de 15 a 25 metros de ancho alrededor de las urbanizaciones en zonas en contacto con zonas forestales, libre de vegetación seca y con la masa arbórea y arbustiva aclarada; tener el terreno de las parcelas no edificadas libres de vegetación y con masa arbórea podada y esclarecida; disponer de bocas de riego homologadas para la extinción de incendios; mantener limpios de vegetación seca los viales de titularidad privada, tanto los internos como los de acceso, así como las cunetas.
La normativa también aboga por reducir el estrato arbóreo de la vegetación de interior de jardines o parcelas; podar el arbolado; evitar el contacto de la vegetación con las edificaciones; no acumular residuos o material combustible; evitar setos vivos como elementos de cierre; presencia de dos vías de acceso, al menos, a la urbanización; señalizar las calles sin salida; adecuar los puntos seguros y refugios o puntos de encuentro; utilizar materiales no combustibles en elementos exteriores, puertas y ventanas; disponer de los elementos contraincendios básicos, como una manguera de agua y una sierra, así como una reserva de agua; situar a más de 10 metros de la casa cualquier combustible, propano o gasoil y colocar la leña en un lugar cerrado; así como no quemar rastrojos ni restos vegetales, ni hacer barbacoas en zonas con vegetación.