MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
Activistas y representantes de 1.250 ONG de más de 60 países se han reunido en París para expresar su rechazo a la tecnología de fracturación hidráulica para obtener gas, también conocido como 'fracking' y para coordinar su acción internacional en contra de esta tecnología en el futuro.
Así, según han informado Amigos de la Tierra y Ecologistas en Acción, dos de las ONGs españolas que han participado en la actividad, este es el mayor encuentro internacional contra el fracking.
La actividad se celebra en el marco de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático que se desarrolla desde el 30 de noviembre en París.
En la jornada están explicando experiencias de resistencia al fracking en distintos puntos del planeta y los movimientos sociales de contestación allí donde surge un proyecto con esta tecnología. Del mismo modo, según han informado, se están mostrando las distintas estrategias de respuesta para frenar la actividad y los participantes están coordinando acciones internacionales para el futuro a corto plazo.
La actividad se enmarca en el cuarto 'Global Frackdown' en la que han escrito una carta a los líderes mundiales a quienes piden que acuerden la prohibición total del fracking en París y que se dejen los combustibles fósiles en el subsuelo para garantizar a fin de siglo que la temperatura global no aumente más de 2 grados centígrados.
Para Ecologistas en Acción, los líderes, sin embargo, están "a punto de aprobar" un acuerdo que plantea una "imposible huída hacia adelante" por la misma senda fósil que ha llevado a esta sitaución y que, ni siquiera menciona a los combustibles fósiles en la lucha climática a partir de 2020.
La organización denuncia que las presiones de los países ricos han posibilitado que el acuerdo elimine las mención a la descarbonización de la economía hacia la segunda mitad del siglo. Es decir, los países se comprometen en teoría a reducir el aumento de temperatura, pero no a dejar de quemar petróleo, gas y carbón. A la luz de esta interpretación se entiende la insistencia de algunos países por introducir en el acuerdo términos como "neutralidad climática" o emisiones "netas cero".