La larga jornada y el alto nivel de trabajo, principales causas en España
MADRID, 1 May. (EDIZIONES) -
Este viernes 1 de mayo se celebra en todo el mundo el Día del Trabajo. En el primer trimestre de 2015, 13.100 personas han conseguido empleo en España, registrando el mejor dato trimestral desde 2005. En cualquier caso, la tasa de paro sigue siendo elevada: hay 5.444.600 personas desempleadas.
Pero la falta de trabajo no es la única preocupación que tienen los ciudadanos en relación con el empleo. El 30% de los europeos, un total de 40 millones, sufren estrés laboral. Es, así, el segundo problema de salud más frecuente en el trabajo. Se considera una "epidemia del siglo XXI" y genera un coste económico de 20.000 millones de euros, según la AEEMT. Pero ¿qué es el estrés laboral y cómo podemos afrontarlo?
¿QUÉ ES EL ESTRÉS LABORAL Y CUÁLES SON SUS SÍNTOMAS?
Según la Organización Mundial de la Salud, el estrés laboral es la reacción que podemos tener frente a presiones en el trabajo que no se ajustan a nuestras habilidades y que nos ponen a prueba.
Existen síntomas tanto físicos como emocionales.
En el primer grupo se incluyen:
- Sudoración
- Taquicardia
- Tensión muscular
- Molestias gástricas
- Dolor de cabeza
- Mareo y náuseas
- Dificultad para respirar
- Sequedad bucal
- En cuanto a los síntomas internos, encontramos:
- Preocupación
- Inseguridad
- Pensamientos negativos
- Dificultad para concentrarse o para dormir
- Temor a que los demás perciban nuestras dificultades
- Ganas de comer en exceso o de llorar
SUS CAUSAS
De acuerdo con el sondeo de opinión realizado por EU-OSHA en 2013, las causas más comunes del estrés laboral en Europa son la reestructuración o la inseguridad laboral (72% de los encuestados), así como la carga de trabajo o la larga jornada (66%). En tercer lugar encontramos el sufrimiento de comportamientos como el bullying (59%). A diferencia de Europa, en España la principal razón del estrés laboral es el exceso de las horas o la carga de trabajo (74%).
En cuanto a la media de horas trabajadas, los españoles dedican al trabajo unas 1.665 al año, según el Instituto de Estudios Económicos (IEE). España ocupa, así, la posición número 25 de 35 países. Países Bajos y Alemania son los que menos horas registran. Por su parte, Corea y Méjico ocupan las primeras posiciones.
Una mayor jornada laboral no tiene por qué implicar mayor productividad. Por ejemplo, los españoles trabajan 280 horas más que los alemanes pero son 10€ menos productivos por hora.
En términos de Producto Bruto Interno, España se sitúa concretamente en la posición 14 de 34 países. Su productividad es, así, del 78%. Los países que más rinden en este sentido son Noruega y Luxemburgo. A la cola se encuentran Rusia y Méjico.
EL SÍNDROME DE BURNOUT
Además de trastornos de ansiedad y otros desórdenes, el estrés laboral puede desembocar en el síndrome de de Burnout. El término hace referencia a una disfunción psicológica y puede traducirse como "estar quemado". Aparece cuando un trabajo que crea un estado continuado de estrés y tensión termina sobrepasando a la persona, de forma que elimina su capacidad de reaccionar de forma adaptativa. Es decir, no surge repentinamente sino de forma progresiva. Es más frecuente en personas que trabajan de cara al público, como médicos, profesores o trabajadores sociales, pero cualquiera puede sufrirlo.
La consagrada definición de Maslach y Jackson hace referencia a una respuesta inadecuada a un estrés emocional crónico cuyo rasgos principales son: un agotamiento físico y/o psicológico, una actitud fría y despersonalizada en la relación hacia los demás y un sentimiento de inadecuación a las tareas que ha de realizar. Fundamentalmente, estas personas tienen la sensación de no poder ofrecer más de sí mismos a los demás, de forma que su nivel de compromiso en el trabajo va descendiendo.
En cuanto a los síntomas físicos, puede sufrirse fatiga crónica, frecuentes dolores de cabeza, falta de sueño, desórdenes gastrointestinales, pérdida de peso o dolores musculares en cuello o espalda. Al mismo tiempo, el trabajador experimenta un distanciamiento afectivo de quienes le rodean en el trabajo (compañeros y clientes), se irrita con facilidad, su autoestima desciende y puede sentir el deseo de abandonar el trabajo o incluso de suicidarse.
CÓMO HACER FRENTE AL ESTRÉS
1. DETECTA QUÉ TE ESTRESA:
Uno de los primeros pasos para combatir el estrés laboral es determinar cuáles son los elementos que lo activan. Si no lo tienes claro, puedes apuntar todo lo que va ocurriendo a lo largo de una jornada y cuáles son tus pensamientos en cada momento, así como si las sensaciones son positivas o negativas. Analizando qué es lo que ha cambiado entre los momentos en que te encontrabas bien y aquellos en los que estás estresado, podrás determinar el factor causante: la actitud de un determinado compañero, la presión cuando un trabajo ha de entregarse muy rápido, la falta de confianza por parte de los directivos, etc.
2. JERARQUIZA TUS TAREAS:
También puede ser de gran ayuda establecer horarios. Haz una lista con todas las tareas que tienes que cumplir, ordénalas según importancia y establece un periodo de tiempo concreto para su realización. Esto hará que puedas cumplir con todo de forma puntual, y por tanto tu preocupación y nivel de estrés se reducirán. Asimismo, el horario debe incluir pequeños momentos de descanso cada una o dos horas, con el objetivo de mantener la concentración.
3. COMUNICA CÓMO TE SIENTES:
Otro punto importante es la comunicación con nuestros compañeros y superiores. Si nos encontramos nerviosos o inseguros, debemos transmitirlo. De esta forma, podrán comprender nuestra situación y ayudarnos. Debemos elegir un momento adecuado para la conversación e intentar llegar a un acuerdo que permita mejorar nuestras condiciones en el trabajo.
En el caso de que los problemas sean causados por la relación con los compañeros, es conveniente pedir a los directivos una reunión común en la que cada uno pueda expresar sus posiciones. De este modo, podrán solucionarse los malentendidos. En el caso de que cada uno mantenga posiciones diferentes, se acordará el inicio de la cordialidad como una parte más del trabajo.
4. CUIDA LAS CONDICIONES DEL LUGAR DE TRABAJO:
Si el malestar proviene de las condiciones ambientales del lugar de trabajo, tales como una temperatura o nivel de ruido demasiado elevados, debemos buscar una solución adecuada, como el uso de ventiladores o de tapones para los oídos. Para la adquisición de este tipo de material también puede ayudarnos la comunicación con los directivos o el departamento de Recursos Humanos.
5. DESCONECTA AL SALIR DEL TRABAJO:
Una vez terminada la jornada laboral, es conveniente mantener la mente alejada de todos los asuntos del trabajo. No mantener conversaciones sobre lo que nos queda por hacer el día siguiente o evitar mirar el correo laboral nos permitirá evadirnos. Si esto no resulta fácil, prueba a mantenerte ocupado en otros asuntos: actividades tan cotidianas como ver una película, escuchar música, salir a tomar algo o leer un libro nos ayudarán a olvidarnos del trabajo.
6. CUIDA TU ALIMENTACIÓN:
Por otro lado, las situaciones de tensión suelen generar tendencias hacia una mala alimentación, o a consumir alcohol o tabaco. Para evitar estas opciones dañinas para la salud, podemos acudir a los cliches. Además, el ejercicio físico es una de las formas más saludables y efectivas de liberar energía
Se recomiendan especialmente actividades de relajación muscular para eliminar las contracturas, sobre todo si trabajamos con nuestro cuerpo o si mantenemos una posición estática a lo largo de muchas horas, por ejemplo en una oficina. En caso de no tener tiempo suficiente para realizar ejercicio, algo tan sencillo como caminar durante 20 o 30 minutos al salir del trabajo servirá para que lleguemos a casa más cansados y nos resulte más fácil conciliar el sueño.
7. DUERME LO SUFICIENTE:
Es fundamental dormir entre 7 y 8 horas diarias para recuperarnos de una jornada intensa. Si sufres problemas de insomnio, prueba a tomar valeriana, pasiflora, tila o melissa media hora antes de acostarte. También existen preparados con una mezcla de estas infusiones. Además, es conveniente evitar la cafeína a lo largo de la tarde, y no realizar actividades estimulantes (como ver la televisión o utilizar el ordenador) justo antes de ir a la cama.
En el caso de disponer de tiempo libre, también puedes inscribirte a actividades como el yoga, el taichi y la meditación. Su efecto nos ayuda a aprender a gestionar nuestras emociones.
Asimismo, pueden sernos de gran ayuda la música relajante y el control de la respiración. Un ejercicio sencillo es el siguiente:
- Comienza cerrando los ojos.
- Relaja la mandíbula y, progresivamente, todas las partes del cuerpo que encuentres tensas.
- Inspira profundamente.
- Suelta todo el aire, como si estuvieses suspirando.
- Poco a poco, ve cogiendo más aire, de forma que el ritmo vaya siendo más lento. Intenta invertir el mismo tiempo en la inspiración y la espiración.
- Mantén esa respiración regular durante unos veinte segundos.
8. ACUDE A UN ESPECIALISTA:
Por último, si tu nivel de estrés es muy elevado y estos consejos no son suficientes para reducirlo, considera acudir a consulta médica para valorar si es necesaria atención psicológica o algún tipo de fármaco.
.