MADRID 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional (AI) ha pedido este miércoles al ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, que cancele los planes del Ejército para desplazar de forma forzosa a alrededor de 2.300 beduinos en Cisjordania a un área ubicada al lado de un vertedero municipal en Jerusalén.
"Miles de beduinos que viven en algunas de las comunidades más vulnerables de Cisjordania se enfrentan a la destrucción de sus viviendas y sus bienes bajo este plan de Israel. Muchos están registrados como refugiados y algunos de ellos han sido desplazados en múltiples ocasiones desde 1948", ha dicho la subdirectora de HRW para Oriente Próximo y Magreb, Ann Harrison.
"Las autoridades israelíes deben garantizar el derecho a una vivienda adecuada a los residentes de las 20 comunidades afectadas por el plan, así como a los palestinos que viven en la Cisjordania ocupada. Esto implica protegerles de las expulsiones forzosas y llevar a cabo conversaciones con todas las comunidades", ha apuntado Harrison.
En julio de 2011, funcionarios de la Administración Civil israelí informaron a las agencias de Naciones Unidas de un plan para desplazar a estos 2.300 residentes a un campamento ubicado a 300 metros del vertedero municipal de Jerusalén.
Según el Ministerio de Protección Ambiental de Israel, el vertedero recibe más de 1.100 toneladas de basura al día y ha reconocido que en el lugar hay una alta tasa de contaminación en el aire y en el suelo, así como una posible contaminación del agua. Además, ha indicado que no está adecuadamente vallado y que "supone un peligro de explosión e incendios" a causa del mal tratamiento del metano que se produce durante la descomposición de los deshechos.
"Pese a que está programado que el vertedero se cierre a finales de 2012, no se ha aprobado ningún plan de rehabilitación, lo que significa que los daños medioambientales podrían durar años", ha valorado AI.
Las 20 comunidades están actualmente situadas cerca de asentamientos judíos ilegales y se encuentran en zonas en las que está planificado que se edifiquen la ampliación de los mismos. Las autoridades militares no han consultado con los representantes beduinos el plan, que ha sido rechazado por los beduinos porque estar ubicados en una zona restringida "imposibilitaría que mantuvieran su estilo de vida".
Por ello, las comunidades han creado un 'comité de protección' para coordinar su respuesta al plan de desplazamiento. Este comité ha mostrado su preferencia por retornar a sus tierras en el desierto del Negev, de donde fueron desplazados por las autoridades israelíes en los años cincuenta, tal y como estipula el derecho al retorno, reconocido internacionalmente.
También han agregado que otra opción sería que las autoridades israelíes reconocieran sus derechos a permanecer en sus viviendas actuales, que les faciliten una fuente de agua, electricidad y carreteras, y que levanten las órdenes que les han impuesto para limitar su movilidad.
Como última opción, contemplan la posibilidad de negociar la posibilidad de ser recolocados de nuevo si en las negociaciones son tratados como un igual para conseguir un acuerdo justo.