MADRID 27 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Papa Emérito Benedicto XVI recibió en los primeros meses de su renuncia muchas cartas de fieles en 'shock', "impactados" por su renuncia, que no comprendían su decisión, pero estas misivas han ido "desapareciendo" con el tiempo, según ha asegurado el secretario personal del Pontífice, Georg Gänswein.
"Son muchas las cartas que llegan cada día. Al principio, no pocas de ellas mostraban que algunas personas habían vivido la renuncia como un impacto, no comprendían la decisión o su fe se había visto sometida a dura prueba. Poco a poco este tipo de cartas ha desaparecido y han aumentado las de agradecimiento y gratitud, las peticiones de oración o la expresión del deseo de visitarle", asegura Gänswein en una entrevista que será publicada por la revista Palabra en su número de marzo, y adelantada por Europa Press.
De hecho, el propio Gänswein admite que cuando Benedicto XVI le confió "bajo secreto pontificio" su intención de renunciar, instintivamente le respondió "que no era posible, que no podía hacerlo" pero, con el tiempo, se ha dado cuenta de que "de este acto surgirían muchos frutos espirituales".
Gänswein afirma que Benedicto XVI está "muy contento" de que su sucesor tenga "ese gran éxito de público" pues "es bueno para la imagen de la Iglesia y de la fe". Sin embargo, apunta que la medida de un Pontificado "no es el éxito externo sino lo que es justo ante el Señor" y que, por ello, el aprecio de Joseph Ratzinger por Francisco se basa en un fundamento humano y teológico.
Además, aclara que Joseph Ratzinger, desde el Monasterio Mater Ecclesiae donde reside, en el punto más alto de los Jardines Vaticanos, "no interviene en el gobierno del Papa Francisco" pero reza por él y por toda la Iglesia.
27 DE ABRIL: EL DÍA DE LOS CUATRO PAPAS
Sobre la posibilidad de que Benedicto XVI acuda a la ceremonia de canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II el próximo 27 de abril, Gänswein ha apuntado que "podría ser que estuviera presente, pero ciertamente no como concelebrante", aunque ha precisado que no es "profeta" para saberlo. Precisamente, sobre Juan Pablo II, ha destacado que Wojtyla es "una de las personas más apreciadas, si no la más apreciada" por Benedicto XVI.
Preguntado por el trabajo de Benedicto XVI en la lucha contra los abusos sexuales por parte de miembros del clero, su secretario personal ha recordado que ya cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Ratzinger "afrontó de modo enérgico" la cuestión e "impulsó la búsqueda de soluciones". "Siempre ha ido en la dirección de aclarar", afirma, al tiempo que subraya que "los abusos cometidos por clérigos fueron causa de un gran sufrimiento para el Papa Benedicto".
Acerca de la reforma de la Curia, Gänswein considera que la más importante es la del corazón de los fieles y que "si luego además es recomendable o necesario modificar algunas estructuras en la Iglesia o en la Curia romana, que sean bienvenidas las buenas propuestas". En este sentido, ha comparado la reforma de la Iglesia con un árbol: "hay que cortar las ramas secas para permitir que la planta florezca mejor".
Finalmente, sobre el asunto de la transparencia financiera en el Vaticano, dice saber solo que "todos esperan resultados en tiempos no demasiado lejanos".