MADRID 8 Ene. (EUROPA PRESS) -
El portavoz de asuntos sociales de CiU, Carles Campuzano, apuesta por que todos los diputados puedan contar con libertad de voto a la hora de respaldar, abstenerse, o votar en contra de la reforma de la Ley del Aborto planteada por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, "un marco que se mueve en la dirección de las legislaciones de los estados del entorno y que confía en la capacidad de discernimiento de las mujeres".
En un comentario publicado en su blog, recogido por Europa Press, el nacionalista catalán recuerda también que en la aprobación de la normativa actualmente vigente del Aborto de 2010 su grupo parlamentario veló por la libertad de voto, votando en bloque los de Uniò, mientras que los diputados de CDC pudieron ejercer su derecho a voto en función de su "conciencia".
"Garantiza un marco que respetaba las opciones personales de todos y que no obliga a nadie a comportamientos contrarios a su conciencia", insiste el diputado.
NO APOYA LA REFORMA DEL GOBIERNO
Por otro lado, el parlamentario catalán desvela las "muchas razones" que le llevan a rechazar la reforma del aborto planteada por el Gobierno, comenzando por "la crueldad" que, a su juicio, supone una ley que vuelve a hacer sentirse culpables a las mujeres que por las razones que sean creen que han de interrumpir su embarazo.
"Ninguna de las mujeres que conozco que han tenido que abortar han vivido de manera sencilla el proceso de decidir que hacer frente a un determinado embarazo en un momento dado de sus vidas. El dilema moral no ha sido fácil y la decisión finalmente ha sopesado pros y contras . No tengo la impresión de que la frivolidad haya sido la principal actitud que han tenido estas mujeres antes de decidir", remarca el diputado.
En este sentido, indica que con la legislación anterior a 1985 la opción era irse fuera, mientras que posteriormente, con la ley del tres supuestos se aprovechaba la aplicación flexible de la ley. "Un sentimiento pesado acompaña a la decisión , que devuelve cuando se recuerda el hecho", apostilla.
Campuzano destaca también que no es fácil para ninguna mujer tomar la decisión de interrumpir de forma voluntaria su embarazo y por ello, advierte de que, considerar el hecho de abortar un delito, reducir el supuesto de la despenalización al riesgo de la vida de la madre y la violación, así como volver a dejar la valoración de los hechos a los médicos "con un procedimiento enrevesado y largo" convierte la decisión de la mujer en un "calvario".
"Las leyes en una sociedad democrática y abierta no pueden pretender imponer los legítimos valores morales de un sector social en detrimento del respeto a la pluralidad de opciones morales existentes ante un hecho como un embarazo no deseado o imposible", sentencia.