MADRID, 28 May. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO), Oceana y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto un arrecife de sílice construido por esponjas "roca", análogo a los que existieron hace 150 millones de años y que está amenazado por los planes de prospección de hidrocarburos entre Valencia y Baleares.
El descubrimiento, que ha sido publicado en la revista científica 'PLoS One', destaca que se trata de un arrecife de esponjas "roca" que es único en el mundo. Una de estas estructuras, que se creían extintas desde hace millones de años, se ha hallado a 760 metros de profundidad, rodeando la cima de una pequeña montaña submarina entre Valencia e Ibiza donde hay planes de sondeos de hidrocarburos.
Está formada por la especie Leiodermatium pfeifferae, una esponja que hasta el momento sólo se conocía en el Atlántico, desde la Macaronesia hasta el Caribe, por lo que también es la primera cita de esta especie en el Mediterráneo.
"Las esponjas litístidas se denominan vulgarmente 'roca' porque son duras y rígidas como piedras debido a que poseen un esqueleto masivo de piezas de sílice, que es un material idéntico al cristal de una ventana. La parte de tejido vivo está mínimamente desarrollada, y no suele llegar al 5% del peso de la esponja", ha explicado el especialista en esponjas del Centro de Estudios Avanzados de Blanes, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Manuel Maldonado.
Maldonado, que ha dirigido la investigación realizada en colaboración con investigadores del IEO y de Oceana, ha explicado que entender las causas que han permitido el desarrollo del arrecife en una particular montaña submarina del Mediterráneo proporcionará "claves importantes para comprender cómo se desarrollaron los singulares arrecifes de esponjas del Jurásico y cuáles fueron las razones de su desaparición, un declive que ocurrió casi paralelamente en el tiempo al de los dinosaurios".
Los arrecifes de silíce, construidos por esponjas y no por corales, fueron comunes en los mares Jurásicos y Cretácicos, y se creían extinguidos. Para sorpresa general, en 1987, se descubrió un arrecife de sílice vivo a 200 metros de profundidad en la costa del Pacífico canadiense, formado por esponjas hexactinellidas ("esponjas de cristal").
Este segundo arrecife ahora descubierto, compuesto de esponjas 'roca', es una variedad arrecifal aún más rara, ya que la inmensa mayoría de las especies de esponjas 'roca' se extinguieron tras el Cretácico. Hasta ahora se pensaba que las relativamente pocas especies que sobreviven en nuestros días, confinadas en aguas profundas tropicales y templadas, habían perdido la capacidad de formar agregaciones arrecifales.
"El arrecife de esponjas 'roca' es un hallazgo excepcional, una formación única en el planeta que debe protegerse urgentemente porque el lugar donde se encuentra está sometido a diversas presiones, entre ellas planes de prospección y explotación de hidrocarburos", ha subrayado el director de Investigación de Oceana y coautor del estudio, Ricardo Aguilar.
Además, ha añadido que pese a que España ha dado recientemente un paso importante para aumentar las zonas protegidas marinas con el proyecto LIFE+ Indemares, aún se necesitan más esfuerzos para alcanzar los objetivos mínimos nacionales, europeos e internacionales de conservación. "Lugares tan espectaculares y únicos como este no pueden quedar fuera de estos planes", ha defendido.
Las agregaciones de esponjas llegan a cerca de metro y medio de altura. El descubrimiento del arrecife se ha realizado por medio de un robot submarino a bordo del buque Oceana Ranger, lo que ha permitido filmar y recoger información de las especies asociadas a este ecosistema, como otras esponjas, corales, gorgonias, cangrejos de profundidad, congrios, etc.
Sin embargo, la mayor parte de los aspectos funcionales de este singular hábitat (alimentación, reproducción, crecimiento, longevidad, etc) están aún por investigar. Los investigadores temen que los planes de prospección de hidrocarburos en el Mar Balear puedan afectar al singular arrecife descubierto, que podría resultar seriamente dañado incluso antes de poder ser estudiado adecuadamente.
Según indica también el artículo científico publicado en la revista científica 'PLoS One', los estudios realizados en los alrededores de Baleares han permitido encontrar esta esponja en otra importante montaña submarina, Emile Baudot, pero aquí, aunque puntualmente abundantes, no llegaban a crear estructuras arrecifales.