MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
Cuatro de cada diez divorcios se podrían evitar con "más medidas preventivas", como el establecimiento de un periodo de reflexión o soluciones para hacer frente a las eventuales crisis de pareja, según un estudio del Institute for American Values, difundido por The Family Watch.
Este dato está incluido en el informe del instituto internacional de estudios sobre la familia, que analiza medidas de prevención frente a las crisis familiares y que ha organizado un seminario para estudiar las repercusiones que los divorcios generan.
Así, señala que según los datos del Instituto Nacional de España (INE), el divorcio es cada vez "mas frecuente", puesto que se produce uno cada cinco minutos, el triple que hace una década. Esta cifra contrasta con el hecho de que los matrimonios disminuyen, puesto que la tasa por cada 1.000 habitantes es actualmente de 3,1 cada año, frente al 4,4 de media en la Unión Europea. Hace diez años este promedio era de 5,1.
Este instituto recuerda los "efectos perjudiciales" para los hijos después de un divorcio, si bien apunta también a "costes personales, sociales y sanitarios", por lo que resalta la importancia de la prevención.
"Estamos pidiendo a los padres divorciados que se esfuercen en ser positivos, comunicativos, dialogantes y colaborativos, que sepan ponerse de acuerdo por el bien de sus hijos; pero en ningún momento les hemos sugerido que pongan ese mismo esfuerzo para solucionar los problemas antes de llegar a la ruptura", señala el presidente de The family Watch, Carlos Martínez.
El 'divorcio exprés' es otro de los motivos que señala el instituto como aumento de estas cifras. Así, según sus estimaciones, teniendo en cuenta que la duración media del matrimonio es de 15 años, el número de divorcios respecto a los matrimonios ha pasado del 10% en 1991 al 54% actual, mientras que si se hubiera mantenido la tendencia anterior a esa Ley no sería superior al 36%.
Por ello, para evitar este aumento, el informe propone cuatro medidas concretas, que incluyen el establecimiento de un periodo de reflexión previo al divorcio, el fomento de entidades de mediación y asesoramiento a los cónyuges durante ese periodo de reflexión, la recuperación del ámbito objetivo de la mediación familiar y el ofrecimiento a las parejas de mecanismos preventivos de formación.