MADRID 10 Mar. (EUROPA PRESS) -
España suspende un año más en índice de bienestar social en relación con los niveles de la Unión Europea, aunque no logró situarse en la media ni siquiera en épocas de bonanza económica, según el Barómetro Social del Colectivo Ioé y CIP-Ecosocial (FUHEM) que en esta ocasión analiza el periodo 1994-2009 para concluir que "el bienestar social en España se ha mantenido siempre en posiciones de suspenso" en comparación con sus vecinos europeos.
El Barómetro Social de España refleja que en 16 años, mientras los indicadores monetarios han ido al alza, el bienestar social de la población "apenas ha mejorado" haciendo que los ciudadanos se hayan mostrado cada vez más convencidos "de que viven en una sociedad injusta y con instituciones políticas poco fiables".
En este sentido, el estudio refleja que un 56 por ciento de los españoles no se fía del Parlamento y hasta un 77 por ciento muestra "poca o ninguna confianza en los partidos políticos". Además, indica una reducción progresiva de las tasas de afiliación sindical y partidaria, mientras se producía un aumento "significativo" de las asociaciones de orientación cívico-política reivindicativa.
El Barómetro toma de referencia una serie de indicadores para definir la situación de bienestar de los ciudadanos y concluye que, respecto a las condiciones económicas y ecológicas del bienestar social, "aumentan la desigualdad y la pobreza, mientras que a raíz de la crisis, se derrumba el empleo y se reduce la contaminación y la dependencia energética".
Así, destaca que la "tradicional desigualdad en la distribución de la renta y el patrimonio se ha polarizado todavía más a raíz de la crisis", dando lugar a la mayor tasa de hogares pobres (20,8 por ciento por debajo del 60 por ciento de la renta media), y a una creciente brecha en el reparto de la riqueza: si antes entre hogares pobres y ricos la diferencia era del 25 por ciento, entre 2005 y 2009 se intensificó la ratio de desigualdad en un 28 por ciento.
Sobre este asunto, el Barómetro Social incide en que mientras los mercados financieros se globalizan y producen "ingente rentabilidad para una minoría", apenas ha mejorado el poder adquisitivo de la mayoría de la población que percibe rentas salariales, con una variación interanual del salario medio fue del 0,3 por ciento entre 1994 y 2009, frente al 5,4 por ciento de incremento en las grandes fortunas en el mismo periodo.
En materia de política social, la salud es el ámbito social más valorado por la población, aunque "se gasta más en educación sin que mejoren los resultados escolares; el acceso a la vivienda se hace más difícil y se disparan los embargos y desahucios; y se da una mejora relativa de la protección social con un bajo nivel de gasto público".
Además, en relación a las condiciones de bienestar en el plano colectivo, el barómetro concluye que en 2009 se ha producido una bajada de la delincuencia "aunque se saturan los juzgados", que han superado por primera vez la barrera de los 9 millones en 2008 y 2009, con un incremento de reclusos en el mismo periodo del 35 por ciento.
Como indicadores positivos en el caso de España, el estudio destaca la Ayuda Oficial al Desarrollo, que en los últimos años ha llegado triplicar la media mundial de los países de renta alta (0,17 del PIB, frente al 0,44 por ciento por parte de España), aunque recuerda que en 2009 se estancó.
Asimismo, apunta el crecimiento de las remesas de los inmigrantes con destino a sus países de origen, que llegó a 8.000 millones de euros en 2007, para reducirse un 12 por ciento a raíz de la crisis.