MADRID 6 Ene. (EUROPA PRESS) -
Guardar algunos regalos y dosificar su entrega a lo largo del año puede ser una solución para aquellos niños a los que los Reyes Magos traen un número elevado de juguetes, lo que les impide su disfrute, tal y como recomienda el doctor en Psicología y Pedagogía Valentín Martínez Otero.
"Es importante que haya una distribución racional del uso que se hace de esos juguetes. Si hay un exceso de juguetes, una opción es la de entregarlos de forma gradual", ha afirmado en declaraciones a Europa Press este profesor de la Facultad de Educación de la UCM, que apuesta además por inculcar a los menores el "consumo responsable".
A su juicio, los padres tienen que hacer ver a los hijos que los Reyes no pueden traerles todo lo que han pedido y recomienda un diálogo previo sobre la crisis en un lenguaje "apropiado a su edad y desarrollo" para evitar generar "frustración". "Es importante promover el diálogo familiar, de manera que los hijos comprendan lo que sucede y se impliquen en función de sus características", apostilla.
Martínez Otero defiende una educación para el consumo responsable desde la temprana infancia porque, según afirma, "estimula el sentido crítico, ayuda a seleccionar los objetos, en este caso los juguetes, en función de los gustos, preferencias y posibilidades, así como a crear expectativas realistas sobre los juguetes".
Sobre la elección del tipo de juguetes, este experto apuesta por aquellos que favorecen la diversión, pero a la vez contribuyen a desplegar las aptitudes psicológicas y físicas del niño y favorecen las relaciones interpersonales. "Hay que respetar en lo posible las preferencias infantiles, aunque los padres deben orientar la elección", añade.
En cuanto a las características de estos artículos infantiles, Martínez Otero aclara que el precio no está reñido con la diversión, pues, a su juicio, existen juguetes "muy caros que no resultan particularmente atractivos".
Además, señala que los juguetes deben ser seguros, resistentes y manejables, con instrucciones comprensibles, deben ser versátiles, dar libertad al niño la hora de jugar, transmitir valores positivos y permitir el progreso del niño en el plano cognitivo, afectivo, social, conductual o físico.
Sobre la existencia o no de juguetes sexistas, este psicólogo y pedagogo opina que si un juguete claramente es discriminador, "debe descartarse". Aunque cree que hay respetar las preferencias de los menores, ve "fundamental" que estos tengan juguetes que favorezcan "roles respetuosos con los géneros y que estimulen la cooperación igualitaria". "Los juguetes no deben encerrar al niño o a la niña en un determinado papel, supuestamente concordante con su género", concluye.