MADRID 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las vidas de 95 bebés se podrían salvar cada hora --830.000 cada año-- si las madres dieran lactancia materna a sus hijos inmediatamente después de dar a luz, según el estudio 'Superfood for Babies', elaborado por la ONG Save the Children.
La ONG explica que si los bebés reciben el calostro --la primera leche de la madre-- en su primera hora de vida, "su sistema inmunológico se pone en marcha inmediatamente, lo que les da tres veces más posibilidades de sobrevivir".
Asimismo, añaden que "si la madre continúa dando leche materna durante los siguientes seis meses, un niño en un país en vías de desarrollo tiene hasta 15 veces menos posibilidades de morir a causa de enfermedades como la neumonía o la diarrea".
Save the Children lamenta que las tasas globales de lactancia materna "están estancadas e incluso descendiendo en el Este de Asia y en algunos de los países más poblados de África, como Etiopía o Nigeria" y achaca esta situación al "grave déficit de matronas y de trabajadores sanitarios en los países en desarrollo" y "la falta de una legislación adecuada", entre otros factores.
En este sentido, la responsable de Incidencia Política de Save the Children, Yolanda Román, ha explicado que "a pesar de que los beneficios de la lactancia materna son de sobra conocidos en los países desarrollados y de que es una práctica gratuita y natural para proteger a un recién nacido, no se presta la atención necesaria para ayudar a las madres a amamantar a sus hijos en los países más pobres".
CULPA AL MERCADO DE SUCEDÁNEOS DE LECHE MATERNA
El informe también resalta algunas "prácticas de marketing cuestionables" adoptadas por algunas compañías productoras de sucedáneos de leche materna en mercados emergentes. Asia es un nuevo mercado lucrativo para la industria, valorado ya en más de 18 mil millones de euros y se prevé que crezca en total un 31 por ciento para 2015.
Según la ONG, las madres que dan a luz con la ayuda de personal sanitario cualificado tienen dos veces más posibilidades de dar leche materna a sus hijos en la crucial primera hora de vida y acabar con la brecha de 3,5 millones de trabajadores sanitarios que faltan en todo el mundo aumentaría drásticamente el número de madres que amamantan a sus bebés.
Por ello, reclaman a los países donantes que aumenten su inversión en nutrición y que se implementen planes para aumentar los índices de madres que dan leche materna a sus hijos en los países en vías de desarrollo. Por último, exigen que las compañías de sucedáneos de leche materna "adviertan de que la leche sucedánea es peor que la materna y que estas advertencias ocupen un tercio de la superficie total del producto".