La mutilación genital podría aplicarse a 30 millones de mujeres en 10 años

Actualizado: martes, 23 julio 2013 1:31

MADRID, 22 Jul. (EUROPA PRESS) -

Más de 30 millones de mujeres de todo el mundo están en riesgo de ser víctimas de mutilación genital durante la próxima década, según un estudio realizado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

UNICEF cifra en más de 125 millones las niñas y mujeres que viven actualmente tras haber sido sometidas a una ablación, una práctica que cuenta con una oposición de la población cada vez mayor en los países donde todavía se practica.

El informe, que el Fondo de la ONU describe como el más completo realizado hasta la fecha sobre este tema, sostiene que el apoyo a la mutilación genital femenina ha disminuido en la población, tanto entre hombres y como mujeres, según la BBC

El estudio, que ha puesto en común veinte años de datos de 29 países donde todavía se practica la ablación, ha señalado que, en comparación con hace 30 años, actualmente hay una probabilidad menor de que las chicas sean mutiladas.

La directora ejecutiva adjunta de UNICEF, Geeta Rao Gupta, ha afirmado que este tipo de mutilación es "una violación de los derechos de las niñas a la salud, el bienestar y la autodeterminación". "Lo que queda claro en este informe es que la legislación por sí sola no es suficiente", ha asegurado.

En Kenia y Tanzania, las niñas tienen tres veces menos de probabilidades que sus madres de ser mutiladas, y las cifras han caído a casi la mitad en Benín, Irak, Liberia y Nigeria. Sin embargo, en Somalia, Guinea, Yibuti y Egipto está práctica permanece como universal, mientras que ha habido un descenso imperceptible en Chad, Gambia, Malí, Senegal, Sudán o Yemen.

UNICEF recomienda la apertura de esta práctica a un mayor escrutinio público, para que se desafíen estas costumbres sociales arraigadas. El ritual de cortar los genitales de las niñas es defendida como un ritual tradicional empleado culturalmente para asegurar la virginidad de la mujer y hacerla casadera. Los peligros de esta práctica incluyen hemorragia grave, problemas urinarios, infecciones, infertilidad y un aumento del riesgo de la muerte de los recién nacidos en el parto.