MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Papa ha invitado a no tener prejuicios porque "la misericordia es más grande" y ha repetido en varias ocasiones que "cada encuentro con Jesús cambia la vida y llena de alegría" durante el ángelus de este tercer domingo de Cuaresma.
Asomado a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano, ha centrado su discurso en el pasaje del Evangelio que presenta el encuentro de Jesús con la buena samaritana. Francisco ha explicado que Jesús, al pedirle agua, rompió la hostilidad y los prejuicios que existían en esa época entre samaritanos y judíos.
"Con gran delicadeza, Jesús entra en el mundo interior de una persona, a la que no le debería haber ni siquiera dirigido la palabra", ha comentado al tiempo que ha detallado que Jesús "la tiene en consideración, la reconoce, y le suscita el deseo de ir más allá de la rutina cotidiana". De esta manera, el Papa ha invitado a no detenerse en los prejuicios.
Ante miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro cuáles, ha explicado que la Cuaresma es el tiempo oportuno para mirarse en el interior y sacar nuestras necesidades espirituales más verdaderas. En esta línea ha comentado que todos tenemos en el interior ánforas, "símbolo de cosas aparentemente importan, pero que pierden sentido ante el amor de Dios" y ha aconsejado que cada uno se pregunte "cuáles son las ánforas interiores" que nos alejan de Dios, "que pesan".
Tras el rezo del ángelus, el Papa ha pedido oraciones por los tuberculosos y por todos lo que ayudan a estos enfermos. Ha recordado que el viernes y sábado próximos se vivirá un momento penitencial "muy especial" llamado "24 horas para el Señor". En la agenda del Vaticano está prevista una celebración en la Basílica de San Pedro el viernes por la tarde, "una fiesta del perdón" que tendrá lugar, al mismo tiempo, en muchas parroquias y diócesis en todo el mundo. Así, ha concluido que "el perdón que da el Señor se celebra" como hizo el padre de la parábola del hijo pródigo.