MADRID 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Defensa del segundo médico de la fiesta de Halloween en el Madrid Arena, Carlos Viñals, quien participó en el mismo junto a su padre, Simón Viñals, sostiene que las muertes se produjeron como consecuencia del "sobreaforo" y que no hubo negligencia médica, línea argumentativa que ha defendido el médico en su declaración ante el juez.
En declaraciones a los medios al término de su declaración como imputado ante el juez Eduardo López Palop, su abogado, José Crespo, ha criticado que se intente "desviar un poco cuáles son las auténticas responsabilidades en este caso", el cual se trata de "una muerte producida como consecuencia de las avalanchas y del sobreaforo que había en la fiesta y no producto de la negligencia de un equipo médico", al tiempo que ha recordado que los informes de la autopsia "hablan de muerte por aplastamiento y por asfixia".
Asimismo, ha manifestado que su defendido y él están muy satisfechos porque la declaración ha permitido a su cliente exponer su versión de los hechos y desmontar "la cantidad de infundios y de inexactitudes que se han venido vertiendo ya durante meses por parte de las acusaciones particulares, que en ningún caso se corresponden con la realidad de lo ocurrido y con la intachable actuación que tuvieron tanto el doctor (Simón) Viñals como su equipo médico".
Carlos Viñals ha contestado a todas las acusaciones particulares, aunque se ha negado a responder a las preguntas de las otras defensas y acusaciones populares. Se trataba de su primera declaración, después de que la que estaba prevista para el pasado 10 de abril se suspendiera tras alegar que sufría una lumbalgia. A la salida de la sala, en declaraciones a los periodistas, Viñals se ha declarado "satisfecho" porque "ha quedado todo claro".
Según Crespo, su defendido ha puesto de manifiesto que el instrumental médico "era el adecuado para un evento de estas característica o de las características que se le comunicaron al doctor (Simón) Viñals". Así, ha precisado que no solo contemplaba el instrumental médico previsto para las situaciones más comunes que pueden producirse en este tipo de eventos, como intoxicaciones etílicas y pequeños traumatismos, sino también aquel instrumental que permite atender casos más graves, como paradas respiratoria.
Por lo tanto, según el abogado, el instrumental médico con el que contaba el servicio médico en la fiesta de Halloween del Madrid Arena era "adecuado para la realización de maniobras de reanimación cardiopulmonar avanzadas, que es lo que realizó el equipo del doctor (Simón) Viñals". No obstante, Crespo se ha declarado sorprendido de que, a su juicio, "se pretenda convertir una enfermería o un servicio médico de carácter preventivo en la UCI de un hospital o en una especie de hospital de campaña".
PERSONAL "SUFICIENTE" Y "CUALIFICADO"
Igualmente, el letrado ha indicado que también se ha puesto de manifiesto que el personal que componía el equipo médico, que se trataba de 7 personas porque una octava a última hora no pudo asistir y así se lo comunicó al doctor (Simón) Viñals, era "más que suficiente para prestar el servicio médico que requería ese evento".
"Eso no lo decimos nosotros, eso lo ha corroborado el propio Samur y el propio director del Samur, Ervigio Corral", quien, según Crespo, ha dicho que lo que él hubiera aconsejado era una unidad de soporte vital avanzado (1 médico y 2 asistentes) y dos básicas (cada una de las básicas con 2 médicos), lo que hace un total de siete efectivos, el mismo número de miembros del equipo del doctor (Simón) Viñals.
En la misma línea, Crespo ha apuntado que los protocolos del Samur, que están aportados a las actuaciones, "dicen que para un evento de hasta 10.000 personas se recomiendan hasta tres unidades de soporte vital básico, esto es 6 personas".
Además, el abogado considera que ha quedado constatado que "el personal médico que componía el equipo estaba absolutamente cualificado para realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar avanzada". A su entender, "un médico está cualificado para ello", pero además Simón Viñals lleva "toda su vida" trabajando en asistencia de emergencia y su hijo, además de ser médico, tiene un máster de prevención de riesgos laborales que incluye "contenidos específicos".
En cuanto al resto del equipo, un auxiliar sanitario y cuatro técnicos de emergencias sanitarias que formaban parte de las ambulancias, todos estaban "habilitados para realizar esas maniobras de reanimación cardiopulmonar, que fue lo que realizaron desde el momento en el que entraron las niñas y de manera ininterrumpida".
Crespo, citando el informe del Grupo V de Homicidios, ha explicado que las tres niñas llegaron a la enfermería de manera prácticamente simultánea y "al minuto de la llegada de las niñas el propio doctor (Simón) Viñals da la orden de que un miembro de su equipo salga y vaya a por el desfibrilador, que estaba en la ambulancia por razones operativas" y "lo que demuestran las cámaras de seguridad es que sólo se tardó un minuto desde que el doctor (Simón) Viñals dio la orden hasta que volvió el técnico de emergencias sanitarias a la carrera con el desfibrilador".
Refiriéndose a manifestaciones sobre que el uso no adecuado del desfibrilador en una situación de asistolia (no latido cardiaco), ha señalado que su defendido ha sostenido que en el informe del Samur aparece la casilla de la desfibrilación marcada, luego "el propio Samur también consideró oportuno aplicar la desfribilación".
Se trataba, según su relato, de "una situación límite en la que se podía constatar que esas pacientes presentaban signos evidentes de muerte y, por tanto, se acudía a medidas desesperadas". Así, ha subrayado que las tres pacientes presentaban "signos evidentes de muerte" cuando llegaron a la enfermería: no pulso, no respiración, no latido cardiaco, labios azulados, pupilas dilatadas y arreactivas, ha enumerado.
NO CABE HABLAR DE INCOMPATIBILIDAD
En cuanto a la cuestión de la compatibilidad de la condición de funcionario adscrito al Área de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid de Carlos Viñals con su intervención en la fiesta, el abogado ha precisado que lo hacía sin remuneración, como un "favor" a su padre, que se lo pidió días antes de la fiesta. Esto hace que dicha actividad no sea profesional y, por lo tanto, "no quepa hablar de incompatibilidad".
En cualquier caso, ha agregado, "eso es una cuestión de índole administrativa y no de índole penal, que es la que se está ventilando en dicho proceso".