DUBAI, (OTR/PRESS)
Los Ziggurat, aquellos templos de la antigua Mesopotamia con forma de pirámide o torre escalonada, han inspirado el último gran proyecto que se presentará próximamente en Dubai, ese emirato árabe que se ha caracterizado en los últimos años por sus faraónicos proyectos urbanísticos. El conjunto de islas artificiales con forma del planeta tierra, el rascacielos más alto del mundo y la torre de plantas giratorias dejan ahora paso a un nuevo concepto de la arquitectura: un Ziggurat autosuficiente con capacidad para más de un millón de personas.
El proyecto, que se presentará en el Cityscape Dubai del Centro Internacional de Exposiciones de Dubai entre el 6 y el 9 de octubre de este año, ha sido desarrollado por Timelinks, una compañía con base en el emirato árabe y que se caracteriza por sus proyectos respetuosos con el medio ambiente. La idea aún no tiene fecha de inauguración ya que por el momento todavía ningún comprador se ha interesado. El Ziggurat es, en esta línea, una proyección de lo que podría ser una gran ciudad autosuficiente y ecológica, pues aprovecha la energía natural para abastecer a sus habitantes.
El edificio se vale de la energía solar, eólica y del vapor para autoabastecerse de energía, reduciendo así las emisiones de carbono, y tampoco requerirá de coches. "Las comunidades Ziggurat pueden ser casi totalmente autosuficientes en lo que respecta a la energía. Además de utilizar la energía del vapor en el edificio, también emplearemos tecnología de turbinas de viento para aprovechar los recursos energéticos de la naturaleza", aseguró Ridas Matonis, director general de Timelinks en declaraciones a 'Worldarchitecturenews.com' recogidas por otr/press.
¿SUSTITUTOS DE CIUDADES?
Con una planta de 2,3 kilómetros cuadrados, el Ziggurat cuenta con una red de transporte interno interconectada en 360 grados, tanto verticalmente como horizontalmente, por lo que no sería necesario coger el coche. Según sus diseñadores, las ciudades ya existentes podrían sustituirse por algunos de estos Ziggurats, con el beneficio de que ocupan tan sólo un 10 por ciento de la superficie utilizada acutalmente por nuestras ciudades, con lo que el territorio sobrante podría utilizarse para cultivos o infraestructuras de ocio.
En cuanto a la seguridad, el moderno edificio incluiría la tecnología necesaria para reconocer a sus habitantes por sus rasgos faciales, explican sus creadores, que ya han patentado el colosal proyecto ecosostenible. Sin embargo, el director general del Instituto Internacional para el Desarrollo Urbano, Martijn Kramer, pone en cuestión no la viabilidad del proyecto, sino su atractivo para el ciudadano medio, preguntándose si el ser humano quiere vivir dentro de un edificio de 2.5 kilómetros cuadrados más parecido a una máquina que a una gran ciudad.