Actualizado 01/04/2009 13:00

'GTA Chinatown Wars': traficante de bolsillo

MADRID 1 Abr. (Carlos Hergueta/EP) -

Rockstar cuida la saga 'Grand Theft Auto' y cada entrega se convierte en una joya. En esta ocasión el reto era nada menos que llevar la libertad y violencia de la franquicia a la pequeña Nintendo DS y no renunciar a las tres dimensiones. El resultado es toda una obra maestra para la portátil de dos pantallas. El protagonista de 'GTA Chinatown Wars' cuenta en primera persona su experiencia en Liberty City...

Me llamo Huang Lee. He llegado a esta cloaca que es Liberty City tras la muerte de mi padre. El viejo era un tipo peligroso, el jefe de las triadas, pero ahora está criando malvas. Por eso estoy yo aquí. Debía entregarle una espada ceremonial a mi tío, que a su vez se la regalaría a uno de los sus "socios" para garantizar la paz.

Pero algo salió mal. Nada más poner un pie en la ciudad, me robaron la espada e intentaron matarme. Así es como me he visto metido de lleno en la guerra de las tríadas.

Cuando llegué a la Liberty City portátil no podía creer lo que veía. El mapa es casi casi tan grande como el de la versión de sobremesa ('Grand Theft Auto IV'). ¡E incluso puedo reconocer muchos lugares! Una de las cosas que me llamaron más la atención es que ahora mi aventura se muestra mediante una cámara aérea, como la primera y la segunda parte de 'GTA', lo que facilita el trabajo a Nintendo DS, que no tiene que mostrar tanto escenario como con una en tercera persona.

A lomos de cualquiera de los coches que puedo "afanar", las calles de Liberty City pasan a toda velocidad gracias a un motor gráfico tremendamente fluido. A pesar de ello, no falta detalle: En mi camino se cruzan peatones por todos lados, en las carreteras siempre me encuentro mucho tráfico y puedo destruir cajas, cubos de basura, farolas... Además, si tengo ganas de ritmo puedo sintonizar una de las muchas emisoras de radio de la ciudad, con todo tipo de estilos, aunque sin voces.

EL TÍTERE DE LAS TRÍADAS.

En mi papel de chico de los recados para la mafia china tengo que hacer de todo: Ayudar a un pobre diablo a ganar una carrera callejera ilegal, enfrentarme a tiros a un montón de pistoleros, llenar de 'coca' un coche para cargarle el muerto a alguien, colocar una bomba, apagar el coche en llamas de uno de mis jefes, interceptar un cargamento de droga o proteger el negocio de un amigo. Me lo paso en grande.

A pesar de ser el brazo ejecutor de la peor chusma de Liberty City, yo elijo cómo y cuándo. La libertad, santo y seña de 'GTA', no han cambiado. Las misiones me llegan por e-mail a mi PDA con GPS, donde me aparecen marcadas todas las rutas, objetivos, mis casas y las tiendas, ya que puedo comprar coches, boletos de lotería o perritos calientes cuando me entra hambre y, de paso, recuperar un poco de salud.

Además de mi búsqueda para averiguar quién robo la espada e intento mandarme "al otro barrio", puedo hacer otras muchas cosas en la gran ciudad. La principal es administrar mi propio imperio del narcotráfico. Muchos "camellos" se ponen en contacto conmigo a través de mi PDA y me ofrecen mercancía al mejor precio. También puedo buscar yo por los callejones y comprar todo tipo de drogas. El truco es buscar los mejores precios para comprar y vender y mi cuenta corriente no hace más que subir como la espuma.

No sólo me gano la vida en la ciudad haciendo los encarguitos de la mafia o "trapicheando" como cocaína, heroína o marihuana; también puedo asumir el papel de uno de los honrados habitantes de Liberty City. Al igual que hicieron otros protagonistas de 'GTA', si "mango" una ambulancia o un taxi, con tan sólo pulsar 'select' puedo dedicarme a recoger enfermos o transportar transeúntes y, así, sacarme unos "pavos" extra.

Antes de terminar de narrar el día a día de mi "trabajo", no puedo dejar de mencionar lo bien que se han adaptado las misiones a la portátil. La duración de cada una de las miles disponibles es breve; perfecta para una partida rápida. Sin embargo, la duración de toda la aventura es tal que creo que me quedaré a vivir en Liberty City unas cuantas semanas... Por no hablar del multijugador competitivo y la posibilidad de compartir mis récords on-line.

LA PDA, TU MEJOR AMIGA.

Yo era de los que renegaban de las "pijadas" tecnológicas, pero tengo que reconocer que desde que llegué a Liberty City no puedo vivir sin mi PDA. Nunca había sido tan cómodo moverse por la ciudad de un 'Grand Theft Auto' como hasta ahora. Con rápidos toques en la pantalla táctil puedo buscar al próximo jefe que necesita de mis servicios o a uno de los traficantes con los que ya he contactado. Además, también se guardan la dirección de mis casas, de las tiendas de armas, y hasta puedo crear mis 'favoritos'.

Pero las utilidades de la pantalla táctil no se quedan en la PDA y su GPS integrado. En cada uno de mis "trabajos" descubro una nueva utilidad. Por ejemplo, me sirve para hacerme con un nuevo vehículo: haciendo un puente, pirateando el ordenador de un coche, arreglando el motor de una lancha o rompiendo la luna para escapar si mi coche se cae al río. Gracias a ella también puedo montar un rifle de francotirador, fabricar un cóctel molotov en la gasolinera, revivir a los pacientes que sufren un infarto en mi ambulancia o firmar la escritura de una nueva casa.

Aunque es peligrosa, mi nueva vida en Liberty City no podía haber resultado mejor en la primera aventura de 'Grand Theft Auto' que llega a Nintendo DS. Evidentemente, solo los mayores de edad pueden seguir mis pasos en la pequeña portátil de Nintendo, que está poco acostumbrada a juegos tan adultos.

VALORACIÓN: OBRA MAESTRA.

'Grand Theft Auto: Chinatown Wars' ya está a la venta para Nintendo DS a un precio de 39,99 euros. Por sus altas dosis de violencia y palabras subidas de tono, se trata de un juego con una calificación para mayores de 18 años, según el código PEGI.