Foto: EUROPA PRESS
Luis Gallego, consejero delegado de Iberia, asumió también la presidencia de la aerolínea española 1 de enero de 2014, tras el cese de Antonio Vázquez al frente de la compañía, quién se concentrará ahora en sus funciones como presidente de IAG, tercer grupo aéreo europea que engloba a Iberia, British Airways (BA), bmi y Vueling.
Gallego, de 42 años e ingeniero Superior Aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid y PDD, es un hombre de la casa dentro del Grupo Iberia, al que confió su nueva filial de corto y medio radio, Iberia Express, tras su paso por Vueling y Air Nostrum.
Hacia tiempo que venía hablándose de un posible relevo en la presidencia de Iberia, desde que en marzo de 2013 se nombró a Luis Gallego, entonces máximo responsable de Iberia Express, como primer ejecutivo de la aerolínea española.
Los sindicatos lo ven como "una persona afable, abierta, asequible y cercana", por lo que ya desde su nombramiento como primer ejecutivo de Iberia, tras la dimisión de Rafael Sánchez-Lozano en marzo de 2013, siempre han manifestado la esperanza de que su gestión fuera "diametralmente opuesta" a la del anterior.
Desde julio de 2009 ocupó el cargo de director de Producción (COO) de la nueva Vueling, surgida de la fusión de la compañía original fundada en 2004 y clickair, de cuyo equipo fundacional formó también parte entre 2006 hasta su aterrizaje en Vueling.
Precisamente durante las negociaciones fruto de la fusión entre Vueling-Clickair, Gallego demostró "su buen hacer" y ser "un hombre de palabra que cumple con sus compromisos", según reconocieron a Europa Press desde CC.OO., sindicato implicado en el proceso.
La llegada de Gallego y su equipo a la 'low cost' catalana --participada por Iberia con un 45% y de la que IAG controla hoy más del 90% de capital tras lanzar una OPA-- propició que la nueva Vueling lograra "uno de los mejores estándares de puntualidad y regularidad de la aviación comercial española".
Sus funciones en Vueling englobaban entonces la responsabilidad sobre operaciones de vuelo, instrucción, calidad y seguridad, mantenimiento y operaciones de tierra, con un total de 47 aviones y más de 1.600 empleados a su cargo. Entre 1997 y 2006 desempeñó diferentes responsabilidades en Air Nostrum, culminando en la dirección de Mantenimiento de la aerolínea regional.
PREOCUPACIÓN POR EL 'MAYOR PESO' DE WALSH.
Fuentes sindicales, consultadas por Europa Press, coincidieron en describir al nuevo presidente de Iberia como una persona "cercana" con una imagen "radicalmente distinta" a la que los trabajadores de la aerolínea española estaban acostumbrados desde hace muchos años como equipo directivo.
"Su llegada y, sobre todo, el hecho de que asuma las funciones como presidente ejecutivo ayudarán a relajar las tensiones anteriores" en la compañía, señalaron, y a abordar los retos de la aerolínea con un "clima muy distinto al de la soberbia del anterior primer ejecutivo", en referencia a Sánchez-Lozano.
En esta línea, calificaron entonces de "positivo" el apoyo demostrado por el consejo de administración IAG hacia Gallego, quién viene insistiendo en la necesidad de llegar a acuerdos con los sindicatos de Iberia para la supervivencia de la aerolínea, ya que "no le quedan muchas más oportunidades". "O se desbloquea la situación o tendrá un futuro difícil", reconocieron.
No obstante, mostraron su "preocupación" por la salida de Gallego como consejero de IAG y el hecho de que el nuevo presidente ejecutivo de Iberia y el nombrado para British Airways, Keith Williams, quién asumirá también el cargo en enero de 2014, reporten directamente al consejero delegado de IAG, Willie Walsh.
Según su lectura, esto supondrá que Walsh, siempre duro con Iberia, "gane peso" en el consejo de administración de IAG, que se reduce a doce miembros pero en el que habrá dos consejeros ejecutivos, el propio, Willie Walsh, y el director financiero del grupo, Enrique Dupuy.
El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, ha felicitado a Luis Gallego, a su equipo y al Sepla por llegar a un acuerdo que marcará "un punto de inflexión en el futuro de Iberia". "Un cambio estructural permanente era la única forma de salvar a Iberia de un lento declive y este acuerdo marca el comienzo del futuro de Iberia", zanjó.
UN PASO "HISTÓRICO" HACIA UN ACUERDO NECESARIO.
Así las cosas, tras dos laudos y un ERE para 3.141 trabajadores (el 16% de la plantilla) y mientras Iberia diseña un nuevo Plan de Futuro con 2018 como horizonte, Gallego y su equipo han logrado alcanzar un acuerdo laboral histórico con el Sepla, un pacto con la mayoría de los sindicatos de tripulantes de cabina (TCP), vinculado a un acuerdo de convenio, y un preacuerdo con los sindicatos CC.OO. y UGT, mayoritarios en el colectivo de tierra. Su objetivo: llegar a acuerdos con los tres colectivos, ya es un hecho.
Iberia y los sindicatos firmantes del acuerdo de mediación --a los que no se sumó el Sepla-- acordaron prorrogar por un año la ultraactividad de los convenios colectivos de tierra y tripulantes de cabina (TCP), cuya vigencia finalizaba el 31 de diciembre de este año, para facilitar dichas negociaciones.
Por su parte, la negociación con los pilotos se retomó a finales de octubre del año pasado, tras bloquearse en junio, con tres temas clave sobre la mesa: un acuerdo en productividad, la operativa de Iberia Express y el anexo 10, que bloqueó las conversaciones ante la exigencia de Iberia de suprimirlo.
Según este anexo, los vuelos de largo radio (más de seis horas de tiempo de vuelo) incluidos en vuelos de código compartido entre Iberia y BA desde Barajas serán realizados por pilotos de Iberia y los vuelos de la ruta Madrid-Londres serán realizados en al menos un 50% por pilotos de la aerolínea española.
Sobre este último asunto, hubo un acercamiento para una nueva redacción del anexo 10 de su convenio colectivo, relativa al uso del aeropuerto de Madrid-Barajas, en condiciones a los de los pilotos de British Airways en Londres-Heathrow.
El principio de acuerdo sellado ahora con los pilotos, y logrado tras años de conflicto, pasa por una rebaja del 14% del salario del colectivo, la congelación de sueldos hasta 2015, tal y como se fijó en el acuerdo de mediación, y la sujeción a partir de esa fecha, de los incrementos salariales a la rentabilidad de la compañía.
Además, fija en 900 horas el máximo de horas de vuelo, reduce el número de días libres no productivos, e incluye una reducción del número pilotos en vuelos de largo radio --dos en vez de tres como otras compañías--, al tiempo que establece nuevas condiciones laborales en Iberia Express, limitando su desarrollo.
Para ello, se mantiene el escalafón único, de forma que los pilotos provendrán de la propia Iberia, de promoción interna y también de contrataciones exteriores, pero se estableces nuevas condiciones laborales.
Con todo ello, según el Sepla, se reducirán en un 62% los costes en Iberia.
Este pacto se suma al preacuerdo alcanzad y ratificado por los principales sindicatos de tripulación de cabina,salvo Stavla, al que se une ahora un preacuerdo con CC.OO. y UGT para personal de tierra, con vistas a pujar en los concursos de 'handling' que próximamente convocará Aena.