MADRID 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
Más de 460 pilotos de Iberia manifestaron este lunes su unidad "ante cualquier medida adoptar" contra la decisión de la empresa de crear una nueva filial, Iberia Express, medidas entre las que "no se descarta ir a los tribunales y convocar una huelga", según indicaron fuentes del Sepla a Europa Press.
El Sepla insiste en que la aprobación de la nueva empresa es "ilegal", ya que contraviene el convenio colectivo en dos puntos claros: el compromiso de la compañía de no externalizar producción salvo acuerdo previo con la sección sindical y que los vuelos de la T4 se operan por pilotos de Iberia.
Por ello, señalan estar dispuestos a tomar las "medidas legales oportunas". "Acudir a los tribunales y convocar una huelga no son cosas incompatibles", aclaran desde el Sepla para añadir que "no es un problema de dinero" sino de defender el peso de Iberia dentro de IAG.
Se trata de la segunda asamblea informativa del colectivo, después de que justo hace una semana otros 500 pilotos respaldasen a la sección sindical del Sepla ante las medidas que pueda tomar en un futuro.
Cabe recordar que el colectivo facultó en mayo de este año a la sección sindical del Sepla a "tomar todas las medidas posibles, incluida la huelga", sin necesidad de convocar una nueva asamblea.
No obstante, las mismas fuentes señalaron que el Sepla está manteniendo reuniones con el resto de sindicatos en Iberia para buscar "una unidad de acción" frente a la nueva 'low cost'.
Los pilotos de Iberia es el único colectivo con el que la aerolínea no ha llegado aún a un acuerdo para la renovación de su convenio. La dirección de la aerolínea pactó con los colectivos de personal de tierra y tripulantes de cabina (TCP) unas cláusulas vinculadas a la nueva marca en sus respectivos convenios.
Al respecto, el presidente de IAG y de Iberia, Antonio Vázquez, confió en que no se produzca una huelga y el conflicto se resuelva "en un debate legal" entre la aerolínea y sus pilotos.
Iberia Express, que dependerá al 100% de Iberia, prevé iniciar sus operaciones en el verano de 2012, entre finales de marzo y principios de abril, con una flota inicial de cuatro aviones, que alcanzarán los 13 a finales del próximo año, para operar una parte de las rutas de corto y medio radio de la aerolínea. Para ello, contratará a unos 500 empleados y tendrá su propio equipo gestor.
La compañía defiende que la nueva filial respeta de forma "escrupulosa" los tres grandes convenios en vigor que la dirección de la aerolínea tiene firmados con los colectivos de tierra, tripulantes de cabina e incluso con los pilotos.