MADRID 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los puertos españoles de Valencia, Bahía de Algeciras, Barcelona, Las Palmas y Bilbao se han posicionado en el 'top' 125 mundial, confirmando la estrategia que desempeña España en el contexto del transporte marítimo a nivel global, según ha informado Puertos del Estado en un comunicado.
Así, de más de 12,1 millones de contenedores movidos por estos cinco puertos, 7,2 millones, un 60% lo fueron en tránsito, lo que significa que la oferta logístico-portuaria española es importante en las principales rutas marítimas.
Esta docena de millones de contenedores representa el 86% del total movido por el conjunto de los puertos españoles y el 2% de los 516,7 millones de los 125 principales puertos del mundo.
De esta forma, tras los gigantes asiáticos, Estados Unidos, Alemania y Holanda, España aparece en el puesto 11 del mundo en número total de contenedores de Europa, situándose como tercera potencia europea.
Además, ocupa junto con Japón la tercera posición como país que más puertos ha colocado entre los 125 primeros del mundo, y la primera a nivel europeo, por delante de Reino Unido, con cuatro, y Alemania e Italia, con tres respectivamente.
Concretamente, Valencia es el primer puerto del Mediterráneo, el quinto de Europa y ocupa el puesto 30 a nivel mundial, mientras que la Bahía de Algeciras, es el sexto europeo, el segundo del Mediterráneo y el 34 del mundo.
Por su parte, el puerto de Barcelona se sitúa en el puesto 15 a nivel europeo, el siete en el Sur del Viejo Continente y el 77 en el ranking mundial, siendo el de Las Palmas el puerto que más contenedores manipuló en 2012. En el Norte de la Península el puerto de referencia es Bilbao que ocupa la posición 25 de Europa y el 125 del mundo.
No obstante, otros ocho puertos españoles (Alicante, Bahía de Cádiz, Castellón, Málaga, Sevilla, Tarragona, Vigo y Santa Cruz de Tenerife) despuntan por su progresión en los últimos años y se encuentran entre los 200 más importantes del mundo.
A pesar de ello, Puertos del Estado ha destacado la dura competencia a la que están sometidos los puertos del Mediterráneo, por su dependencia del tráfico de tránsito, lo que provoca fluctuaciones como en el caso de Málaga y Tarragona, que en el último año perdieron un 30% y un 16%, respectivamente, o Castellón, que creció un 23%.