Por Sandra Blasco
La naturaleza de Alentejo en Portugal invita a descubrir a fondo esta región lusa practicando diversas actividades al aire libre ya que se ha convertido en un paraíso particular para los ecoturistas.
Si de algo presume Alentejo es de tener kilómetros de naturaleza bien conservada con un alto valor geológico, paisajístico, y de flora y fauna. La región lusa es perfecta para los amantes del turismo activo y la naturaleza.
Aquellos que viajen con el motivo principal de disfrutar de los paisajes y del medio mientras hacen deporte, Alentejo es el lugar perfecto para interactuar con la naturaleza.
El lugar predilecto de Alentejo para los senderistas es La Ruta Vicentina. Esta ruta transcurre a lo largo de la costa oeste alentejana sumando casi 340 kilómetros en una de las zonas de costa más bellas y mejor conservadas de Europa.
La ruta está formada por dos recorridos bien señalizados: el camino histórico que recorre caminos rurales por el interior, y el camino de los pescadores que transcurre junto al mar. Cada etapa de ambos caminos suele tener, aproximadamente, unos 25 kilómetros pensados para poder realizarlos en el día aunque se adaptan a las preferencias de los senderistas.
Para cicloturistas la Sierra de São Mamede es el punto más alto de Alentejo y tiene una superficie de 56.000 hectáreas. Entre montes, valles y arroyos se esconde una diversidad paisajística de verde intenso que crea una zona perfecta para recorrer en bici.
Las cinco rutas señalizadas permiten aventurarse entre acantilados, robles y castaños, recorrer caminos, calzadas medievales y descubrir pequeños pueblos con mucho encanto como Marvao o Castelo da Vide.
RIQUEZA ORNITOLÓGICA.
La zona de Alentejo que merece ser destacada por su riqueza ornitológica es la zona de Campo Branco. Esta zona es la más importante estepa de cereales de Europa y es el hogar de una de las mayores concentraciones de especies esteparias que ha sido declarada 'Zona Zepa'.
Entre las especies que se pueden encontrar están, entre otros, el cernícalo primilla, el sisón, la grulla, el aguilucho cenizo, la cigüeña blanca y la avutarda que tiene aquí su mayor núcleo reproductor del país.
Se pueden hacer visitas para la observación de aves y la interpretación del paisaje en todoterrenos y, también, se puede hacer fotografía de naturaleza en refugios estratégicamente ubicados. Los aficionados al 'birdwatching' no soltaran sus prismáticos.
Y para los más atrevidos son muchas las actividades extremas que propone Alentejo para los que quieran llevar a límite sus vacaciones. La Sierra de Alcaria Ruiva, en Mértola, es uno de los mejores sitios para practicar parapente ya que sus extensas llanuras se convierten en perfectas pistas de aterrizaje.
Si lo que se quiere es soltar adrenalina, en Évora se podrá saltar desde 3.000 metros de altura siento bajo sus pies la ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Además, las llanuras de Alentejo son excelentes para volar en globo y es uno de los pocos lugares de Europa donde se puede hacer durante, prácticamente, todo el año.
Por último, tanto en el Lago de Alqueva como en los numerosos embalses de la región se puede practicar deportes náuticos: vela, piragüismo, remo, esquí acuático, windsurf o simplemente navegar para probar suerte con la pesca.