Puente la Reina, una parada en el Camino

Puente la Reina
Foto: TURISMO DE NAVARRA
Panorámica de Puente la Reina Ayuntamiento de Puente la Reina Iglesia del Crucifijo Representación del misterio de Obanos Iglesia de San Juan BAutista de Obanos Santa María de Eunate Portal de Santa María de Eunate Talla de Santa María de Eunate
Actualizado: martes, 17 junio 2014 13:31

Por Marta Imízcoz

   Llamada "cruce de caminos" desde tiempos inmemoriales, Puente la Reina (Navarra) se presenta ante el peregrino con los brazos abiertos y con el acogedor abrazo de una madre a su cansado hijo, no en vano, esta pequeña localidad de apenas 2.787 habitantes es  donde confluyen tres de las principales rutas jacobinas: la ruta aragonesa, la baztanesa y la francesa, una de las rutas más largas y más antiguas del Camino.

   Es por esto que miles de peregrinos vistan la ciudad al año, la mayoría desorientados y cansados tras la caminata y que por eso mismo apenas encuentran tiempo para dejarse encantar por las pequeñas calles y discretas construcciones de este silencioso pueblo y sus alrededores.

PUENTE LA REINA ENTRADA DEL CAMINO

   La situación geográfica de Puente la Reina la hace un lugar perfecto para descansar tras la ruta de 24 kilómetros que la separa de Pamplona, la etapa anterior en el Camino. Sin embargo, son muy pocos los que se paran y dedican un día entero, quizá dos a descubrir los secretos que la entrañan.

   La primera de ellas es su impresionante puente románico al final de la calle Mayor, que da nombre a la localidad, puesto que se dice que fue construido a una reina navarra, aún desconocida, aunque la tradición la une con Doña Mayor, esposa de Sancho III el Mayor, uno de los más importantes reyes navarros.

   El puente, perfectamente conservado, permanece impasible al paso del tiempo sobre las aguas del Arga. Éste abre la puerta a un mundo diferente, unas calles antiguas que mantienen el lustro y la belleza de siglos pasados, donde el tiempo parece haberse detenido en un momento exacto de la historia y donde sus gentes abren su puerta al amigo cansado y le reconfortan.

   En tan agotador viaje en busca del perdón divino no podríamos, o más bien deberíamos, dejar de hablar de sus iglesias, especialmente de tres, cuyos elementos diferenciadores hacen de ellas una visita altemente recomendable para todos, creyentes o no.

   La primera es la iglesia de Santiago, en el centro de la Calle Mayor, y cuyos primeros restos datan del siglo XII, hasta su magnífica torre, que del siglo XVI. En su interior, destaca la figura en madera de Santiago, patrón del pueblo y del Camino,con unos centelleantes ropajes dorados que, debido a su tez morena, es llamado "beltza" y cuyo detalle en ojos y barba hace de él una obra única.

   También interesante resulta la iglesia del crucifijo, a la entrada de la ciudad desde Pamplona  y donde se encuentra el albergue de los Padres Reparadores. Esta iglesia del siglo XII, fue fundada en honor a Santa María de Huerto por la malhadada Orden del Temple, y en ella reposa una inmensa talla gótica de un Cristo crucificado de estilo alemán, donde la forma en Y de la cruz y la expresión del Cristo le aportan un gran dramatismo.

Por último, se encuentra la iglesia de San Pedro, que alberga la bella talla de la Virgen del Puy, patrona de "tierra Estella", a la que también se la comoce como Virgen del Txori, puesto que la leyenda cuenta que un pequeño pájaro visitaba diariamente a la virgen, para limpiar las telarañas con sus alas y lavar su cara con las aguas del Arga que portaba en su pico.

OBANOS TIERRA DE SANTOS Y MISTERIOS

Muy cerca de Puente la Reina, concretamente a 2,8 kilómetros, se sitúa de villa de Obanos, también de marcado carácter medieval como la primera, donde de hecho se erigió una de las primeras resistencias al abuso de la monarquía en el siglo XIII, promovida por los llamado Infanzones y donde, cada dos años, se representa uno de las más bellas leyendas del Camino y de Navarra.

   El misterio de Obanos, Fiesta de Interés turístico Nacional desde 2001, cuenta la historia de Santa Felicia y San Guillén, una pareja de hermanos de una familia noble de Aquitania, Francia.

   Habiendo sido prometida a un noble francés, Felicia pidió a sus padres ir a Santiago para pedir perdón por sus pecados y así ser pura a los ojos de Dios al llegar al altar. Sin embargo, a la vuelta decidió permanecer en la villa de Obanos, cuidando de los peregrinos. Al ver que no regresaba Guillén decidió ir en su busca y al ver que la joven no quería volver a casa a cumplir su promesa y cegado por la ira la apuñaló con una daga y la mató.

   A partir de este punto, la historia separa los caminos de los hermanos. En el caso de Guillén, éste se da cuenta de su error y, bajo el consejo de un monje, va a Santiago a limpiar sus pecados y permanece como ermitaño en la cercana Arnotegui, muriendo al cabo de un tiempo siendo martirizado en un punto en el que aún permanece una lápida que lo recuerda.

Por otro lado, la historia de Felicia se vuelve más interesante y es de ahí de donde radica el llamado 'misterio'. Tras la muerte de la santa, fue enterrada en la iglesia de Amocáin, donde servía. Una mañana, los devotos se dieron cuenta de que su tumba florecía un clavel blanco, y tal como cuenta la leyenda: "...el clavel nacía / fragante, esbelto y lozano, / de la herida, fresca aún / su misterio descifrando". Por ello, el obispo decidió trasladar el cuerpo a un arca de roble. Una noche el cuerpo desapareció de la iglesia, apareciendo en el campo, siendo imposible moverla por su gran peso, el obispo decidió que el cuerpo tendría que cargarse sobre una mule que, guiada por Dios, marcaría el lugar de reposo de Felicia. Así se hizo y la mula cayó en Labiano, donde desde entonces se encuentra el cuerpo, se dice que incorrupto, de la doncella.

EUNATE, LAS CIEN PUERTAS DEL CIELO

   Si el visitante tiene tiempo, merece la pena vistar la Ermita de Santa María de Eunate, a casi 5 kilómetros de Puente la Rein. Construida sobre 1170 presumiblemente por la Orden del Temple, debido a su forma octogonal que tanto se asemeja a otras construcciones de la Orden, pese a que estos datos aún no han sido confirmados.

Otros documentos, en cambio, cuentan  que en aquél lugar solía haber unas cuevas de ladrones donde se perpetraban muchos maleficios, agresiones y homicidios, con gran escándalo. Y entonces, cierta reina muy rica, inducida por el espíritu de Dios, hizo erigir y edificar la iglesia de Santa María de Onate, la casa y la Cofradía

   De nombre original Onat ('puerta buena' en eusquera) debe su nombre actual al escritor pamplonés Juan Iturralde, que aprovecha la bella arquería que la rodea como metáfora del nombre del lugar que hoy en día permanece, cuyo significado es 'cien puertas'.

La mayoría de los visitantes que se toman el tiempo de conocerla muestran su sorpresa y admiración, y destacan su sobria belleza que queda resaltada por un enclave tan privilegiado como es la naturaleza. Sus impresionante exterior de planta octogonal sólo se ve superado por la bella sencillez de su interior, haciendo de él un lugar ideal para la meditación y el reposo.

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