MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -
En la Barcelona tardofranquista de finales de los 60, Justo Gil (Oriol Plá), un hombre misterioso y de origen humilde pero ambicioso y con espíritu emprendedor, irrumpe en la apacible vida de Carme Román (Aura Garrido) y lo cambia todo. Desde el primer momento, entre ambos se construye una relación tan especial como tormentosa. Buen ejemplo de la lucha de grises que los espectadores podrán ver en El día de mañana, la nueva serie de Movistar + que "toca mucho la calle" y en la que "como en la vida real, nadie es pura luz ni pura oscuridad", asegura Aura Garrido en una entrevista a Europa Press.
"No se retrata una época a través de los grandes personajes, sino de la vida cotidiana, donde la gente hace lo que puede con lo que tiene", argumenta la protagonista femenina de esta ficción dirigida por Mariano Barroso -el actual presidente de la Academia de Cine- y basada en la exitosa novela de Ignacio Martínez de Pisón. Los seis capítulos estarán disponibles en la opción de Vídeo bajo demanda de Movistar + a partir del viernes 22 de junio.
"Carme empieza siendo muy joven y se mueve en un mundo bastante reducido, con su familia, su barrio, su trabajo...", enumera Garrido acerca de su personaje, marcada inevitablemente por el tiempo y las circunstancias que le han tocado vivir. "Pero ella es una mujer con muchas inquietudes y quiere conocer mundo. Por eso, la llegada de Justo revoluciona todo. Es la primera persona que llega desde fuera, muy lejano para ella en todos los sentidos, tanto geográfico como mental", resume la actriz madrileña.
"Su relación le empieza a plantear posibilidades de vida diferentes, retos...", confiesa Aura sobre el huracán que supone Justo en la vida de Carme. Sin embargo, pronto se dará cuenta de que no es oro todo lo que reluce. Los ambiciosos planes de Justo, que en un principio solo buscar ayudar a su madre enferma, pero al que todo se le complica por momento, "le traerán una serie de cosas buenas y malas a Carme, pero definitivamente modifica su forma de ver las cosas, se plantea qué quiere hacer y empieza a tomar decisiones sobre una vida diferente a la que se había organizado para ella".
"Le van a pasar muchas cosas, pero sabe cómo resolverlas", interviene Mariano Barroso para poner en valor la esencia del personaje. "Carme está constantemente buscando su identidad. No quiere vivir a costa de nadie ni ser sumisa, aunque al principio pueda parecerlo porque se siente en deuda y agradecida con su familia. Pero se mete en líos cada vez más", asegura el director. Aura puntualiza: "La meten en líos".
"ES UNA ÉPOCA MUY POCO RETRATADA"
Mariano Barroso entiende que la última etapa del franquismo es "una época que se ha retratado muy poco" en el cine y la televisión. Para el cineasta, eso fue un aliciente a la hora de aceptar el proyecto porque "es una parte de la historia reciente de España que encierra las claves para muchas de las cosas que están pasando ahora. Por ejemplo, la ambición sin límites de algunos personajes, el papel de la mujer que viene encarnado por el personaje de Aura...", argumenta quien acaba de ser elegido como presidente de la Academia de Cine.
"Era un momento de convulsión y búsqueda de identidad para todo el mundo, para el país entero. Todo el mundo buscaba dónde posicionarse porque no había referencias ni manual de instrucciones", explica Barroso dando respuesta a los claroscuros de los protagonistas. "La memoria de esa época es muy sombría. Y nuestro planteamiento fue convertirlo en algo luminoso porque así es cómo lo veían los personajes. Veían la realidad como un lugar donde podían hacer realidad sus sueños. Luego lo conseguirían o no, pero así lo veían".
Este optimismo casi imprudente ante el futuro incierto se ve reflejado, sobre todo, en la figura del protagonista. "El personaje de Oriol empieza lleno de luz", asegura Barroso. "Llega a Barcelona y dice: 'yo aquí me lo voy a comer todo'. Esto es la metrópolis y aquí yo voy a ser el rey. Luego le van pasando cosas, cada vez cosas más gordas, pero él sigue adelante convencido de que va a lograr salir a flote siempre. La esencia es luminosa en todos los personajes por el simple hecho de que nunca renuncian a luchar", resume el director.
Mariano Barroso accedió a la presidencia de la Academia de Cine el pasado 9 de junio, aunque llevaba meses ocupando el puesto en funciones tras el ictus sufrido por Yvonne Blake el pasado mes de enero. Sobre las responsabilidades de su cargo y en relación al nuevo gobierno del PSOE, con José Guirao recién elegido ministro de Cultura tras la renuncia de Màxim Huerta, Barroso afirma que "estamos esperando una reunión con él; queremos contarle unas cuantas cosas".
"EL ÚLTIMO AÑO HA SIDO VITAL"
Por su parte, los planes de futuro de Aura Garrido pasan por el estreno de Solo (Hugo Stuven) el próximo 3 de agosto y la sustitución de Bárbara Lennie en El tratamiento, la obra de teatro dirigida Pablo Remón que la madrileña protagonizará del 3 al 15 de julio. "Estoy muy ilusionada. Es una obra que ya había visto como espectadora y que me encanta. Cuanto más leo el texto, más me gusta, y Pablo es increíble, así que estoy emocionada y cagada a la vez", confiesa Garrido.
En cuanto al hecho de que "no haya prácticamente voces femeninas" en el mundo del cine, tal como se encarga de señalar la propia actriz, Aura Garrido considera que se ha avanzado mucho en los últimos tiempos. "Si te pones a analizar los proyectos que se hacen o que te llegan... Se siguen haciendo muy pocas narrativas contadas por mujeres, hechas desde un punto de vista femenino. Pero creo que la situación está cambiando. En los diez años que llevo trabajando he notado muchos cambios. Pero sobre todo en los últimos tres, o en el último año, está cambiando muchísimo. Este año ha sido vital porque ha sido como un golpe en la mesa".
"Se ha empezado a hablar de muchos temas que hasta ahora no se hablaban, a debatir sobre muchas cosas... Creo que es muy importante todo este movimiento y esta conversación. Ahora nos toca traspasarlo a acciones, convertirlo en cambios estructurales profundos que modifiquen realmente lo que sucede. Pero para que haya cambios tiene que haber esa conversación previa y es importante que abramos los espacios y que nos sintamos todos y todas legitimados para hablar, plantear dudas e identificar lo que falta y lo que falla. Para cuestionar la realidad, que al final es lo importante para poder hacer un cambio" remata Garrido.