MADRID 18 Ene. (EUROPA PRESS) -
Hay que admitir que una de las peores experiencias que pueden darse en un viaje es que el hotel resulte ser lo más alejado del paraíso prometido. Kike Sarasola, presidente y fundador de Room Mate Hotels, aterriza en DMAX y pone sus conocimientos y experiencia al servicio de propietarios en apuros. El show: Este hotel es un inferno. La hora: el próximo martes 24 de enero a las 22:30 horas.
Este hotel es un infierno es la adaptación española del exitoso formato internacional Hotel Hell, cuya versión original presenta el chef y empresario Gordon Ramsey, y que en nuestro país conduce Kike Sarasola, reconocido como uno de los hoteleros más rompedores del sector.
Producida por Shine Iberia en colaboración con DMAX, Este hotel es un infierno descubre por primera vez la faceta más mediática de Kike Sarasola, que debuta al frente de un programa de televisión con un ambicioso y difícil objetivo: transformar hoteles en ruinas en auténticos destinos turísticos de calidad.
España es uno de los principales destinos turísticos del mundo y cuenta con más de 17.000 hoteles. El problema es que no todos estos establecimientos satisfacen al cliente. En Este hotel es un infierno, Sarasola se encontrará con algunos de los retos más difíciles a los que se haya podido enfrentar.
Alojamientos que brillaron por su calidad pero que se niegan a ver la realidad ofreciendo servicios de los que no disponen; una residencia de estudiantes que sus dueños han reconvertido en hotel pero sin realizar ningún esfuerzo o inversión para ; hoteles heredados por los hijos de los propietarios originales, cuyos nuevos dueños están arruinando por su propia dejadez; trabajadores sin experiencia que recurren al traductor de Google para poder atender a los extranjeros, personal de la limpieza que irrumpe sin permiso en las habitaciones y hoteles que servirían de escenario de una película de terror.
Para tener éxito en su misión, Kike se enfrentará a innumerables desafíos que siempre comienzan con la comprobación de la calidad del servicio que ofrecen estos hoteles. Para ello tendrá que alojarse en cada establecimiento y experimentar en primera persona por qué 'Este hotel es un infierno'.
El conocido hotelero ha recorrido así ocho establecimientos en total. "Nos hemos enfrentado a un enorme reto teniendo que aconsejar a los propietarios qué mejorar en sus establecimiento, pero la experiencia ha sido fantástica y he podido aprender mucho de todos ellos", asegura Kike Sarasola sobre su experiencia en el programa.
Y es que, todos los casos que aparecen en Este hotel es un infierno tienen algo en común: no funcionan y si siguen así están abocados al cierre. Su cometido será asesorarles y mostrarles cómo conseguir que su empresa resucite y pueda ser un negocio de éxito. Para ello, el programa cuenta con la colaboración de Talasur Group, empresa especialista en construcción, decoración y diseño de interiores.
En muchos casos, los problemas personales de sus propietarios están detrás de una gestión deficiente de los hoteles rescatados, lo que obligará a Kike a ejercer de 'coach' y psicólogo en más de una ocasión para que sus circunstancias personales no afecten al negocio ni a las personas que trabajan para él.
EL PRIMER CASO: MOTEL LA ENTRADA
La primera misión de Kike le lleva hasta la localidad catalana de Riudarenes, en Gerona, para tratar de meter en cintura al joven equipo del Motel La Entrada. Las esperas en recepción son eternas, el personal come y bebe en horario de servicio y se habla a gritos delante de los clientes.
Mientras tanto, el propietario parece haber tirado la toalla, siempre está ausente y la joven plantilla que tiene a su cargo -la encargada del establecimiento tiene solo 18 años- se comunica con él exclusivamente por teléfono. Kike tiene ante sí un reto verdaderamente complicado y tendrá que esforzarse para reflotar este negocio al límite.
Tras su primera e impactante experiencia en Este hotel es un infierno, Kike viajará a distintos establecimientos hoteleros de Málaga, Jaén, Segovia, Pontevedra y Valencia para tratar de ayudar a sus desesperados trabajadores. Incluso, regresará al pueblo en el que pasó su infancia para evitar que los propietarios de un local, cuatro hermanos que no se hablan entre sí, tiren por la borda el legado de su abuelo.