KIRYAT SHEMONA (ISRAEL), 13 (EUROPA PRESS)
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, aseguró ayer que la guerra que comenzó justo hace un año contra la milicia chií Hezbolá en Líbano fue un éxito que ha convertido a Israel en un país más seguro. Durante un recorrido por la frontera norte del país, Olmert también volvió a ofrecer el inicio de conversaciones de paz a Siria y aseguró que Israel no tiene "ningún interés" en comenzar un conflicto armado con Damasco.
Durante su visita, Olmert reconoció que la guerra de 34 días que le enfrentó a los milicianos de Hamás puso de manifiesto problemas en las capacidades militares de Israel y aseguró que su Gobierno está solucionando las "debilidades" que salieron a la luz durante los enfrentamientos. Y, contradiciendo aún más la percepción popular de que la guerra fue un fracaso para Israel, afirmó que el país es hoy mejor que cuando comenzaron los enfrentamientos.
"Tuvimos grandes logros en esta guerra", declaró Olmert, cerca de una carretera que fue alcanzada por casi 4.000 cohetes disparados por Hezbolá durante el verano pasado. "Tuvimos también no pocas debilidades y fallos que estamos intentando solucionar, para arreglar, despleguar, renovar y fortalecer", explicó.
El pasado abril, una comisión creada por el Gobierno para investigar los acontecimientos de la guerra encontraron "varios fallos" en la gestión del conflicto por parte de Olmert y consideró que se apresuró al acudir a una guerra sin un plan amplio y no muy meditado. A pesar del optimismo de Olmert, la opinión pública israelí no comparte en general esta visión.
Como consecuencia de los errores puestos de manifiesto por la Comisión Winograd, el entonces jefe del Estado Mayor, Dan Halutz, y el ministro de Defensa, Amir Peretz, tuvieron que abandonar sus puestos. Además, las conclusiones finales de la comisión, que se conocerán en las próximas semanas, podrían suponer una presión a Olmert para que dimita.
Un año después, muchos israelíes creen que la guerra fue un fracaso, ya que el Ejército no cumplió con dos de sus objetivos: acabar con Hezbolá y rescatar a los dos soldados, que se cree que sufrieron importantes heridas. Hezbolá nunca ha dado detalles sobre su estado ni ha probado que sigan vivos y las negociaciones secretas no han dado ningún resultado.
Durante su recorrido, Olmert también visitó un puesto de control del Ejército y una escuela que se vio alcanzada por un misil. Los enfrentamientos comenzaron cuando milicianos de Hezbolá atacaron una patrulla de soldados israelíes en la frontera, mataron a tres de ellos y secuestraron a otros dos, que continúan en cautividad hasta hoy.
En respuesta, Israel lanzó una campaña militar en el sur de Líbano en la que murieron más de 1.000 libaneses, en su mayoría civiles, y provocó grandes daños. Del lado israelí, en los combates murieron 158 personas, entre ellos 119 soldados.
El enviado de la ONU para Oriente Próximo, Michael Williams, aseguró hoy que Naciones Unidas ha mantenido "muchos, muchos encuentros" con representantes de Hezbolá, pero sin que se haya conseguido ningún progreso.
"Me provoca dolor informaros de que estas negaciaciones no han alcanzado hasta ahora ningún éxito", declaró a Israel Radio. Williams pidió a Hezbolá que dé pruebas de que los hombres están en buen estado. Hoy estaba prevista una manfiestación en la ciudad de Haifa, en el norte de Israel, en recuerdo de los soldados.
NEGOCIACIONES CON SIRIA
Por otra parte, Olmert aprovechó su gira de ayer para volver a decir que está dispuesto a reanudar las conversaciones de paz con Siria. Responsables del Ejército israelí han registrado un aumento del movimiento de tropas al otro lado de la frontera en los últimos meses, por lo que han advertido de la posibilidad de que se declare un conflicto abierto, aunque las autoridads sirias han negado también su interés en una nueva guerra.
"Esperamos realmente que las condiciones maduren para permitir el establecimiento de negociaciones con Siria, no pretendemos ni queremos alcanzar ninguna fricción con los sirios", afirmó Olmert. "No tenemos ningún interés en luchar contra los sirios y esperamos que ellos no tengan ningún interés en luchar contra nosotros", insistió.
El presidente de Siria, Bashar al Assad, también ha instado a la reapertura de las negociaciones de paz con Israel, pero Olmert ha rechazado hasta ahora su oferta porque cree que es un intento de los sirios de ganarse el apoyo de Estados Unidos. Para el primer ministro israelí, Siria debería primero poner fin a sus relaciones con Irán, Hezbolá, Hamás y otras instancias anti israelíes.
Las últimas negociaciones entre Israel y Siria fracasaron en el año 2000, debido a la falta de acuerdo sobre el alcance de la retirada israelí de los Altos del Golán, un territorio que Israel arrebató a Siria en 1967. Olmert ha asegurado que estaría dispuesto a devolverlos a Siria bajo un acuerdo de paz.