ALMERÍA 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
El director del Ballet Nacional de España (BNE), Antonio Najarro, prepara ya el espectáculo con el que cerrará la temporada y con el se despedirá del cargo el próximo 3 de agosto en el Liceo de Barcelona tras ocho años al frente de una compañía con la que ha dado "mayor visibilidad" a la danza española mediante la incorporación de números transgresores y el contacto con otras disciplinas; aspectos por los que ha sido "muy criticado por un sector de la profesión" pero con los que ha "levantado al público de muchos teatros", según ha reconocido.
"Hasta el más purista y el más cerrado tiene que entender que la danza española hay que ponerla de moda", ha señalado Najarro en una entrevista concedida a Europa Press durante su paso por el Festival de Flamenco y Danza de Almería, en la que ha admitido que una de "losas" que ha encontrado en su camino ha sido la falta de apoyo para proyectar la danza y actualizarla. "A un purista tú le dices que el flamenco hay que ponerlo de moda y te pone a parir", ha sentenciado al respecto.
El director del BNE, que cederá el testigo el próximo mes de septiembre a Rubén Olmo tras finalizar el tiempo máximo de su contrato con el Inaem, ha insistido en la proyección internacional a la que aspira la danza española y la falta de concienciación que hay sobre ello. "Tenemos una potencia súper grande única en el mundo y eso en otros países no es que lo tengan explotado, es que no le pueden sacar más jugo", ha valorado tras 15 años recorriendo escenarios de diferentes países.
"Me considero un comerciante de la danza en el mejor sentido de la palabra, con una exquisitez en el trabajo, intentando la excelencia en cualquiera de las producciones, pero esto hay que moverlo", ha observado a la hora de destacar la necesidad de aportar una visión "actual" de la danza y dejar atrás estampas obsoletas que apartan al espectador de esta modalidad artística.
En este sentido, ha reivindicado espectáculos del BNE como 'Sorolla', dirigido por Franco Dragone del Circo del Sol con el que se ofrece jota aragonesa tocada por una orquesta sinfónica bajo una imagen "híper moderna". "A cualquiera de la calle le dices 'jota aragonesa' y se le viene a la cabeza cuatro catetos bailando una jota de la época franquista", ha comparado.
Para Najarro, el concepto de lo "comercial" no debe estar relacionado con "la pérdida de esencia o de calidad", sino que debe tenerse en cuenta a la hora de confeccionar "estrategias" con las difundir la danza española y alcanzar un público, especialmente del sector juvenil, que "se tiene que sentir atraído y se tiene que emocionar" con el ballet.
"Yo podría haber estado cómodo dirigiendo el BNE, llamando a coreógrafos y haciendo ballet de repertorio con el mismo público que teníamos y que ha ido falleciendo, pero no. Yo he sacado a bailarinas a pasarelas de moda, lo que ha sido muy criticado por una parte, pero ha habido millones de personas a las que les ha fascinado la iniciativa", ha explicado antes de incidir en que las nuevas ideas no tienen porqué "pervertir" el fondo de las mismas. "Nunca puedes prostituir lo que estás vendiendo", ha apostillado.
Najarro dirá adiós la temporada con 'Alento', el espectáculo fusión que supone un resumen de sus coreografías más vanguardistas y características, en el que el piano se combina con la batería y en el que la estética de la danza española es "cero" a pesar de la compleja coreografía técnica que encierra y "uso muy virtuoso de la castañuela" que hay en él. "El espectador está viendo danza española filtrada por mi forma de ver la danza y funciona muy bien", ha valorado.
UN FUTURO LIGADO AL BNE
De otro lado, el coreógrafo ha explicado que sus planes de futuro pasan por retomar su compañía Antonio Najarro y continuar con el proyecto 'Flamenco on Ice' que mantiene con el campeón mundial de patinaje sobre hielo Javier Fernández, así como sus colaboraciones con el equipo nacional de natación sincronizada para preparar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, entre otros proyectos.
No obstante, también seguirá ligado al BNE a través de su papel de 'Egisto' en la obra 'Electra'. Najarro se ha mostrado "feliz" ante el cambio de dirección "tan bonito" que se produce en el BNE gracias al "respeto enorme" que se da entre él y Rubén Olmo, quien mantendrá en el repertorio la obra 'Eterna Iberia', con la que se homenajea a Antonio Ruiz Soler y que incluye una coreografía montada por el mismo Najarro.
"Dirigir el BNE no es ser solo un buen bailarín y coreógrafo, sino también es ser el responsable de dar visibilidad a la danza y eso es mucho", ha apuntado tras apuntar los recursos económicos con los que cuenta una disciplina que es "la hermana pequeña" de las artes, la que "menos ayudas tiene" y que, por ende, goza de una salud "bastante mala", pero que no se puede instalar en "la queja" y tiene que trabajar para que se inculque en el país "la cultura del patrocinio".
Igualmente, cree que hay que "seguir luchando mucho por el tema retributivo de los componentes del BNE, que llevan muchos años en un momento bastante precario", por lo que es necesario que "se mejoren sus condiciones" tanto de contratación como de futuro aunque sea una de las plazas más deseadas por los bailarines debido la "falta de trabajo" y a que las compañías privadas "ahora son casi inexistentes".
En esta línea, Najarro ha vuelto a insistir en el "gran punto débil" de la "desunión" en el sector de la danza. "Estos ocho años he luchado todo lo que he podido por apoyar la danza en general", ha asegurado antes de lamentar que pese a lo que ha "luchado personalmente, sigue faltando mucha unión" entre los artistas, lo que repercute además en las programaciones teatrales.