ALMERÍA 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los acusados de intentar asesinar a un hombre durante la noche del 13 de diciembre de 2022 en las inmediaciones de la zona de ocio nocturno 501 de Aguadulce, en Roquetas de Mar (Almería), han rechazado este martes que actuaran bajo un plan preconcebido, sentido en el que dos de ellos se han desligado por completo de los hechos mientras que el tercero, que se ha reconocido como autor material de los disparos, ha asegurado que solo quiso darle un "susto" a la víctima al saber que el perjudicado, supuestamente, había tenido relaciones con su expareja sentimental.
En su declaración en la primera sesión del juicio celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería, el supuesto ideólogo del crimen contra quien fue su pareja en un conjunto de música latina se ha mostrado totalmente ajeno a los hechos, de los que, según ha asegurado, no tuvo conocimiento hasta bastante después pese a que, en la huida, se empleó un coche que él mismo había alquilado un día antes.
El acusado P.P.D.C. ha defendido que mantenía una buena relación con su exsocio, con el que llegó a tener "un contrato en Miami", hasta la disolución de banda, lo que ha achacado al ingreso en prisión en 2021 del perjudicado, el cual también fue detenido en el marco de estos hechos acusado de traficar con cocaína a pequeña escala.
"Él tenía un estilo de vida que no entraba en mi estilo paternal", ha defendido antes de afirmar que, de haber sabido las intenciones del autor de los disparos, hubiera intervenido "sin ninguna duda" para evitarlo, si bien, según ha recalcado, desconocía incluso la existencia de la pistola que se empleó en el ataque.
Los acusados de origen cubano han rechazado que se produjeran contactos entre ellos o se coordinaran de algún modo con el objetivo de localizar a la víctima para darle muerte, de modo que han reducido sus mensajes y conversaciones telefónicas, todas dentro del ámbito de Aguadulce conforme a los informes de telefonía, a otros aspectos secundarios o no recordados.
Frente a ello, la Fiscalía sostiene que los acusados se orquestaron para tratar de dar con su objetivo a sabiendas de que se dedicaba al trapicheo con un servicio de 'tele-coca', para lo que habrían intentado contactar con él a través de un tercero con la excusa de conseguir dosis de droga con el fin real de localizarle y poder acabar con su vida, según la acusación.
El supuesto 'cerebro' ha explicado a las preguntas de la Fiscalía, que solicita para todos los acusados 16 años de prisión, que el día antes de los hechos alquiló un vehículo porque el coche familiar estaba "averiado", de modo que ha rechazado que lo empleara para evitar ser reconocido en el momento del crimen.
Asimismo, y a diferencia de la versión de otro acusado, ha dicho que lo empleó ya durante la tarde del crimen para dirigirse él solo a Aguadulce, a un piso de su propiedad, donde se reunió con una "escort" que había contratado en una web de citas con la intención de pasar la tarde con ella.
CONSULTAS DE "ADIVINACIÓN" Y "SANTERÍA"
El acusado ha incidido que estuvo con su acompañante hasta que, en un momento dado, le escribió el acusado D.A.P --autor confeso de los disparos-- para pedirle que le consiguiera cocaína. Según este otro acusado, que también había trabajado en el ocio nocturno de la zona, necesitaba la droga para "estimularse" y "cumplir los compromisos" que tenía pendientes ese día con varios clientes a los que ofrecía "consultas de adivinación" mediante "santería".
En su versión de los hechos, D.A.P. ha afirmado que pasó la tarde prestando sus servicios en compañía del tercer acusado, I.J.P., quien era su "padrino espiritual" y quien se había desplazado desde Oviedo en esos días para "asesorarle" en dichas consultas.
Ante tal petición, P.P.D.C. ha dicho que acudió con su chica de compañía, a la que no se ha localizado para que preste declaración en el juicio, hasta un pub en el 501, donde se interesó por adquirir la cocaína. Una vez obtenida, se dirigió a su apartamento donde su amigo habría acudido a recoger el pedido y, de paso, pedirle prestado el coche para continuar con sus servicios a domicilio, a lo que el primero accedió. Según sus versiones, P.P.D.C. ya no volvió al coche hasta pasada la medianoche, tras los disparos.
Por su parte, D.A.P. ha explicado que fue con el otro coacusado a los servicios que le quedaban pendientes para después acudir ambos a un pub a pasar la tarde-noche. Asimismo, ha indicado que habría solicitado a P.P.D.C. por segunda vez más droga para sus amigos, la cual posteriormente no llegó a recoger.
El acusado ha reconocido que llegó a estar durante esa tarde en la zona del Puerto Deportivo de Aguadulce aunque ha rechazado que, durante su incursión en la zona, buscara a la víctima pese a lo revelado por las cámaras de seguridad del parking, donde no llegó a aparcar pese a la existencia de espacio porque, al final, se fueron a otro lugar, según ha dicho.
UNA CHICA, SUPUESTO MOTIVO DE LOS DISPAROS
Fue mientras tomaba copas con unos amigos cuando, según su versión, se acercó un conocido quien le dijo que había visto a su expareja en compañía de la víctima, ante lo que decidió acudir solo a su casa de Aguadulce, coger una pistola de la que no poseía permiso ni licencia, según ha admitido, y buscar al perjudicado porque estaba "molesto" y "cabreado".
Así, fue a la zona del 501 al suponer que allí encontraría a su objetivo porque "era un sitio en el que se le veía asiduamente" y aparcó en las inmediaciones. No vio a la víctima en su coche hasta en el momento de retirarse, por lo que se dirigió hacia ella en posesión del arma.
"Le toqué, le apunté y le dije 'esto es para que la próxima vez me respetes', apunté a la parte de abajo con el cañón para dar varios disparos", ha explicado antes de detallar que la víctima se escabulló entre los asientos hasta la parte de atrás para "esconderse", momento en el que "él pierde el control del vehículo e impacta contra unos contenedores de basura".
Según el acusado, que llegó a disparar hasta en seis ocasiones porque "estaba bien cabreado", su intención era únicamente "asustarlo". "Si hubiera querido quitarle la vida, no le aviso", ha asegurado tras recalcar que actuó bajo los efectos del alcohol y las drogas y afirmar que "sabía que estaba con vida" porque lo escuchó "gritar" antes de irse.
A partir de ahí, el acusado ha indicado que se fue con su coche hasta la casa de P.P.D.C., a quien le contó que había tenido un "problema" con su exsocio musical, con lo que ambos pusieron rumbo a Almería --para lo que emplearon una ruta mucho más larga de lo habitual-- para reunirse con el tercer investigado, que volvió a un hotel por su cuenta en un taxi-pirata, según sus versiones.
Por su parte, este tercer acusado ha defendido que acudió a Almería desde Oviedo solo para participar en sesiones religiosas, toda vez que ha rechazado que realizaran "vudú" o cualquier otro ritual contra la víctima.
I.J.P. ha manifestado que no tenía relación alguna con el supuesto ideólogo del plan, al que llamó en varias ocasiones durante aquella tarde porque su amigo le "dejó solo". También ha achacado a posibles pagos de transportes que el principal sospechoso tuviera en su móvil una copia de su pasaporte, pese a no guardar relación entre ellos.
Además ha justificado que su teléfono estuviera en modo avión durante toda la tarde y la noche de los hechos para evitar molestias en las consultas de aquel día, unas "cinco o seis" de las que no constan testigos en autos.
El acusado buscó el nombre de la víctima en obituarios de internet hasta en 27 ocasiones antes de que el caso trascendiera a la opinión pública y pese a que, según su versión, tampoco conocía al perjudicado. Según ha explicado, lo hizo por "preocupación" ante la actitud de su amigo, quien le habría facilitado el nombre. El juicio continuará este martes.