ALMERÍA 1 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a penas que suman siete años y ocho meses de cárcel a un ciudadano francés que disparó en dos ocasiones contra el portero de un local de ocio en Aguadulce (Roquetas de Mar) porque estaba "enfadado" ya que le había negado en varias ocasiones el acceso al pub.
La víctima no sufrió lesiones ya que, pese a que, dirigió el primer disparo a su tórax, la bala "no llegó a impactar contra su cuerpo" por "impericia" del acusado, pero sí perforó el abrigo que portaba y ocasionó daños en el cinturón mientras que, en el segundo disparo, el proyectil se "quedó obstruyendo la ventanilla de expulsión del arma", inutilizándola.
La sentencia de la Sección Segunda, consultada por Europa Press, considera a M.A., de 34 años, autor de un delito de homicidio en tentativa por el que le impone seis años y seis meses de prisión, y otro de tenencia ilícita de armas, por el que le condena a un año y dos meses de cárcel.
El tribunal aplica en ambos casos la atenuante de reparación del daño ya que, antes de la vista oral, satisfizo las indemnizaciones interesadas por las acusaciones. Al margen de las penas privativas de libertad, M.A. deberá pagar una multa de un mes con una cuota diaria de diez euros como autor de una falta de lesiones ya que se resistió cuando dos agentes de la Guardia Civil fuera de servicio procedieron a reducirlo.
Los hechos se remontan a las 02,30 horas del 9 de marzo de 2015, cuando el acusado se encontraba en el exterior de un local de ocio ubicado en el centro comercial 501 de Aguadulce con una pistola semiautomática del calibre 7,65 milímetros, en perfectas condiciones, cargada con seis cartuchos de munición metálica y para la que no tenía permiso administrativo.
El fallo recoge que M.A. se dirigió hacía la víctima, quien ejercía "las funciones de controlador de acceso al establecimiento" y le había impedido la entrada "tanto ese día como días anteriores por diversos motivos", y, con intención de acabar con su vida, le apuntó con el arma y le disparó en dos ocasiones.
El primer proyectil alcanzó el abrigo y el cinturón sin llegar a impactar en su cuerpo mientras que el segundo proyectil quedó obstruido en la ventanilla de expulsión del arma, "impidiendo que esta pudiera seguir disparando".
A continuación, dos agentes de la Guardia Civil que se encontraban en la zona en situación libre de servicio, decidieron intervenir al oír comentarios de otros clientes del local sobre la presencia de un hombre armado.
Así, iniciaron una persecución, encontraron al acusado de "pie y con la mano en alto portando el arma", se identificaron y trataron de reducirle pero él, "con total desprecio hacia su integridad física", inició un forcejeo durante en el que causó lesiones a uno de ellos consistentes en traumatismo y erosiones en la mano derecha, requiriendo para su sanidad de asistencia médica y por las que estuvo incapacitado durante diez días.
El tribunal considera acreditado que M.A. se hizo con la pistola semiautomática y fue en busca de la víctima con la intención de matarlo ya que apuntó al tórax en un primer disparo y, además, repitió con un segundo pese a que el portero y su compañero, "viendo que no había pasado nada, pensaron que el arma era ficticia y se dirigieron hacía él para quitársela".
Señala que, desde el principio, la víctima "identificó con claridad" a su agresor, dando la misma versión de los hechos mientras que el procesado "ha incurrido en contradicciones de diversa índole" llegando a asegurar que "el arma se disparó sola al tratar de deshacerse de ella, cayéndose al suelo o haciendo el gesto pero sin llegar a apretar el gatillo", o también que la sacó "porque los porteros sacaron las defensas".