ALMERÍA 20 Sep. (EUROPA PRESS) -
El agente de Policía Nacional detenido por la muerte violenta del médico Rafael Piorno Fermoselle en su casa de Aguadulce, en Roquetas de Mar (Almería), el pasado mes de agosto habría actuado junto a su compinche bajo un "plan preconcebido" para acometer un robo en la vivienda del doctor, al que conocía porque era paciente suyo.
Según se desprende de la investigación realizada por la Policía Judicial de la Guardia Civil, el policía que prestaba servicios en la Comisaría de El Ejido habría sido el 'cabecilla' de la operación en la que también participó el que estaría considerado presunto autor material del homicidio, que tuvo lugar el 23 de agosto.
Fuentes del caso consultadas por Europa Press han confirmado que, en base a los indicios existentes, se estima que ambos sospechosos acudieron sobre las 15,45 horas a la vivienda del doctor, que había vigilado previamente, preparados para cometer un robo, para lo que se habrían servido además de la furgoneta propiedad de la pareja sentimental del policía, también investigada en la causa.
Los acusados se habrían valido de que el doctor tenía en venta la vivienda, en la que también pasaba consulta, para acudir con la excusa de una posible compra, de forma que el que era un desconocido para el médico habría tocado a la puerta con la excusa de realizar una visita a la vivienda.
UN TÁSER PARA INMOVILIZARLO
Así, en un momento dado tras abrir la puerta, el sospechoso habría atacado al facultativo, de 76 años, con un táser como el que fue encontrado posteriormente por los investigadores durante los registros domiciliarios realizados en Roquetas de Mar, Almería y León para inmovilizar al médico.
No obstante, el médico, quien era muy conocido en la localidad por integrar además las listas del PP en las elecciones municipales de 2023, habría tratado de defenderse con un cuchillo ante su adversario; mismo cuchillo con el que tras un supuestos forcejeo resultó apuñalado hasta en tres ocasiones por su rival en el cuello y a la altura de los hombros.
Habría sido tras el crimen cuando el agente de Policía Nacional habría accedido a la vivienda vestido de forma que no pudiera ser reconocido por el médico, dada la relación que mantenía con él como paciente. Así, según se desprende de la investigación, entre ambos habrían maniatado a la víctima, que falleció poco después, sin posibilidad de poder pedir ayuda.
A partir de ese momento, el robo orquestado por el agente se habría visto frustrado con el crimen, por lo que ambos sospechosos habrían tratado de limpiar los restos de sangre de la vivienda y eliminar los vestigios que quedaron del delito, para lo que se llevaron las prendas de ropa ensangrentadas.
Así, el policía abandonó la vivienda seguido de su compinche, quien habría usado ropa limpia de la víctima para no levantar sospechas. De este modo, habrían cargado en la furgoneta aparcada en las proximidades la bolsa de plástico con los efectos retirados del crimen para abandonar el lugar y viajar al día siguiente a León.
Cabe recordar que, ante estos indicios y las pruebas recabadas, junto con la propia declaración de los sospechosos, el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Roquetas de Mar ordenó el ingreso en prisión de ambos implicados por los delitos de homicidio y robo con violencia, a la espera de una más depurada instrucción, toda vez que dejó en libertad como investigada a la pareja del agente, al figurar como propietaria de la furgoneta.
Los agentes de la Guardia Civil que investigaron el caso hallaron en un local de la ciudad de Almería arrendado por uno de los detenidos diferentes efectos relacionados con los hechos. En los registros practicados en León y Roquetas de Mar también se han intervenido una pistola, un machete de grandes dimensiones, munición y un táser, entre otros efectos.
UNA VIGILANCIA PREVIA
La investigación permitió constatar que el policía, en situación de inactividad y quien "conocía de manera directa al fallecido", conocía "sus rutinas y horarios", así como la intención del médico de vender la vivienda en la que vivía, en la calle Enrique Granados de la localidad roquetera.
De otro lado, el sospechoso que se habría hecho pasar por posible comprador, se habría desplazado desde León expresamente para actuar en la vivienda. Ambos investigados eran conocedores de las medidas de seguridad que debían adoptar para no ser localizados antes y después de los hechos.
Mediante diversas coartadas "trataron de aproximarse a la víctima con la intención de ganarse su confianza y así llevar a cabo sus intenciones". Los dos presuntos autores trataron de borrar cualquier rastro del lugar que los vinculase con el fallecido.
Los detenidos acabaron presuntamente con su vida del médico, conocido en Roquetas de Mar por integrar las listas del PP a las elecciones municipales de 2023. El cuerpo, que fue hallados dos días después de su muerte gracias al aviso de un vecino, apareció maniatado y con varias heridas punzantes.