ALMERÍA 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) indemnizará con 45.590,57 euros a un hombre que sufrió la amputación de dos dedos de una mano después de que se administrase "erróneamente" una medicación cuando estaba ingresado en marzo de 2016 en el Hospital de Poniente, en El Ejido (Almería).
Al paciente se le prescribió eritromicina por vía intrevenosa pero el enfermero que realizó la operación "en vez de administrarla por vía intravenosa, lo hizo en una arteria", lo que le provocó un daño "desproporcionado".
El "error" en la atención sanitaria provocó una "isquemía aguda" en la mano izquierda por un vasoespasmo secundario a inyección intraarterial de eritromicina, según reconoció el informe de la Inspección Médica de la Consejería de Salud, que fijó la indemnización en 45.590,57 euros.
El paciente reclama, no obstante, un total de 359.575 euros ya se "realizó una técnica descuidada" que le ha provocado "una limitación funcional importante dado que el miembro superior izquierdo prácticamente es afuncional, amputación de dedos y el dedo índice se encuentra con necrosis distal y también afuncional".
El Consejo Consultivo de Andalucía ha dictaminado favorablemente la propuesta de estimación parcial de la responsabilidad patrimonial de la administración en una resolución, consultada por Europa Press, y señala como "adecuada" la cuantía tras examinar la documentación del caso.
Señala que el paciente, a la fecha de estabilización, ya tenía concedida una pensión por invalidez permanente absoluta "derivada del cáncer de esófago, y por tanto no podía realizar actividades laborales.
Añade el Consultivo que la amputación del 3 y 4 dedo de la mano izquierda, "en el supuesto de que no hubiera coincidido con el cáncer de esófago, en relación a la valoración para una invalidez, solo hubiera podido ser susceptible de una invalidez permanente parcial".
"Esta hubiera sido compatible con el desarrollo de cualquier actividad laboral, tanto por cuenta ajena como por cuenta propia", concluye.
La Inspección Médica sentenció que, aunque hubo una "extravasación" del liquido inyectado, ya que se percibió una tumoración en antebrazo izquierdo, también debió penetrar en el torrente circulatorio arterial para producir un vasoespasmo de los pequeños vasos arteriales a nivel de algunos dedos de la mano izquierda".
"De acuerdo al diagnóstico que consta en los documentos del servicio de Angiología y Cirugía vascular del hospital, entendemos que existió un error en la administración de la inyección de la eritromicina, y se realizó por vía intraarterial", finalizó.