HUELVA 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
El consejero de Industria, Energía y Minas, Jorge Paradela, ha valorado este viernes como "muy positivo" el acuerdo entre Cepsa y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para un préstamo de 285 millones de euros y financiar la construcción de la planta de biocombustibles de segunda generación (2G) en su Parque Energético La Rábida (Palos de la Frontera), toda vez que ha celebrado que el BEI asuma "un papel más decidido en la descarbonización"
A pregunta de los periodistas en la atención a medios previa a la presentación de la memoria de la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva (Aiqbe), el consejero ha destacado el Banco Europeo de Inversiones ha asumido en este nuevo ciclo político "un papel mucho más decidido en relación a la descarbonización y la transformación de la industria europea".
"Se habla de la industria verde, se habla de una industria sin emisiones, pero lógicamente la transformación requiere unas inversiones muy poderosas que hay que facilitar", ha enfatizado.
Por ello, Paradela ha remarcado que el Banco Europeo de Inversiones tiene "en sus manos la posibilidad, las herramientas de ofrecer una financiación cómoda o que supera las condiciones habituales a los instrumentos de financiación normales" y, por tanto, ha celebrado que "asuma este tipo de compromisos en proyectos tan importantes para Andalucía como son todos los que lidera la compañía Cepsa".
EL ACUERDO
Cepsa ha cerrado con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) un préstamo de 285 millones de euros para financiar la construcción de la planta de biocombustibles de segunda generación (2G) en su Parque Energético La Rábida (Palos de la Frontera), la más grande de estas características en el Sur de Europa, informaron ambas entidades.
El proyecto, que la energética dirigida por Maarten Wetselaar está construyendo junto a Bio-Oils, producirá combustible sostenible de aviación (SAF) y diésel renovable (HVO) a partir de residuos orgánicos, como aceites de cocina usados o desechos agrícolas, entre otros.
Una vez operativa, se espera que la planta pueda procesar 600.000 toneladas anuales (tpa) de residuos para la producción de hasta 500.000 tpa de biocombustibles de segunda generación, fomentando así la economía circular.
La inversión en el proyecto ascenderá a unos 1.200 millones de euros y está prevista la creación de 2.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, durante las fases de construcción y operación.
Los biocombustibles se destinarán a sectores de la economía en los que la descarbonización y la electrificación es compleja, como son el transporte aéreo, el marítimo e incluso el transporte pesado por carretera.