JEREZ DE LA FRONTERA (CÁDIZ), 21 (EUROPA PRESS)
La alcaldesa del municipio gaditano de Jerez de la Frontera, María José García-Pelayo, ha reconocido que las zambombas se han convertido en un "fenómeno", una expresión cultural "más que consolidada" en la ciudad que "no deja de crecer", por lo que ha abogado por "cuidar" esta seña de identidad de Jerez, considerándola además "uno de los grandes valores que tenemos como ciudad".
En una entrevista concedida a Europa Press, la alcaldesa ha recordado que, en pos de proteger esta manifestación de la navidad jerezana, declarada como Bien de Interés Cultural (BIC) en 2015, el Ayuntamiento va a trabajar en el diseño de una ordenanza municipal que regule esta fiesta, similar a la que ya existe con la Feria del Caballo, otro de los grandes eventos de la ciudad que aglutina cada año a miles de personas en su recinto ferial.
"La vamos a cuidar. Yo soy bastante pesada en eso, creo que tenemos que cuidar lo nuestro, porque la seña de identidad de Jerez es uno de los grandes valores que tenemos como ciudad", ha afirmado García-Pelayo, quien ha defendido que Jerez es "una ciudad distinta y excepcional" y que "si no cuidamos lo que nos hace ser distintos o excepcionales, acabamos con nuestra ciudad".
Sobre esta ordenanza, que vendrá a regular las zambombas durante la Navidad jerezana, ha indicado que lo que se busca con ella es que "se respete" cuando se celebra una zambomba, así como "todos y cada uno de los elementos que hicieron que fuera declarada Bien de Interés Cultural".
Y es que las tradicionales zambombas de Jerez se hacen "en el suelo", en lugares como patios de vecinos o plazas y en torno a una candela. Una fiesta que se suele acompañar de vino del Marco de Jerez y de productos tradicionales como pestiños o buñuelos. Esto es lo que, como ha expresado la alcaldesa, se va regular, además de los espacios en los que se celebre y las obligaciones de los organizadores en materias como la seguridad durante las mismas.
"Todo eso vamos a empezar a trabajarlo una vez que pase la Navidad, empezando con una consulta pública para que sean los propios ciudadanos los que nos aporten sus ideas en torno a cómo consideran que se debe cuidar nuestra zambomba", ha comentado María José García-Pelayo.
Cabe recordar que el actual Gobierno local en el Ayuntamiento de Jerez estableció este año el inicio del periodo oficial de zambombas el 22 de noviembre, coincidiendo además con el encendido del alumbrado navideño, una fecha más temprana que en años anteriores, que ha supuesto un aumento de la actividad en el centro durante todos estos fines de semana, llegando al más de medio centenar de zambombas programadas durante los cuatro días del pasado puente de diciembre, donde además la ciudad llegó al 96% de ocupación hotelera en los días clave.
POSICIONES CONTRA EL MODELO ACTUAL DE ZAMBOMBA
A pesar de estos buenos datos en materia económica y de turismo, desde la Asociación de Vecinos del Centro Histórico se ha alzado la voz ante las situaciones que se vienen repitiendo cada fin de semana y que generan malestar a quienes tienen sus viviendas en el centro de la ciudad, donde se aglutina el grueso de los eventos relacionados con las zambombas.
Sobre esto, la presidenta de esta asociación, Tamara Jiménez, ya ha denunciado en varias ocasiones que el centro se convierte en un "macrobotellón" cada fin de semana y "una pesadilla" para sus vecinos. "El centro histórico no es un recinto ferial, es una zona residencial donde los vecinos tenemos derecho al descanso, a unas condiciones mínimas de higiene y de circulación por sus calles", ha manifestado.
Recordando que la ciudad opta a Capitalidad Europea de la Cultura en 2031, Jiménez ha puesto en duda que se trabaje en ello mientras "vemos una muerte en directo y una terrible desvirtualización y mercantilización de nuestras fiestas, un bien de interés cultural muy alejado de la cultura".
Su crítica contra el actual modelo de zambombas va más allá, acusando de convertirlas en un "bien de interés comercial". Es por eso que desde la asociación vecinal se ha exigido "valentía" al Gobierno local para proteger esta fiesta, así como los barrios del centro y a sus vecinos para evitar que esta manifestación cultural e convierta "en Magaluf".