CÁDIZ 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Cádiz ha condenado a un "grupo criminal" compuesto por cuatro personas de orgen dominicano por el robo en una vivienda en Cádiz capital, tras deplazarse para ello desde Madrid, y amordazar, amenazar y "pinchar" en el cuello a su propietaria. Los delitos condenados son de robo con violencia en casa habitada con uso de instrumento peligroso --cinco años y un día--, detención ilegal --cinco años-- y grupo criminal --seis meses de prisión--.
La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, declara como hechos probados que una de las mujeres, pertenecientes de la banda, conoció a la víctima después de que ésta pasara una temporada en la casa de su hija --donde trabajaba como empleada del hogar-- recuperándose de una intervención quirúrgica. La víctima se llevó a casa de su hija, donde estuvo casi un mes y medio, una cantidad importante de dinero en un bolso que colgó en la percha de la entrada de la casa de su hija, donde también guardó las llaves de su domicilio, de las que la acusada hizo copias.
Con la información recabada por la acusada, la banda sabía que la víctima regresaba a su casa el 25 de noviembre de 2015 y que, convaleciente todavía de la intervención médica, estaría sola en su casa, ya que los miércoles no iba la empleada del hogar que tenía.
Así, sobre las 12,00 horas, la acusada llamó a la víctima para conocer si estaba sola, a lo que la víctima le dijo que no. No obstante, aunque avisó a los otros miembros de la banda --los tres acusados--, decidieron seguir adelante con el plan, ya que se habían desplazado para ello desde Madrid.
Así, una media hora más tarde, dos de los acusados, con la llave facilitada por su cómplice en los hechos, entraron en la vivienda, encontrando a la víctima junto a su empleada del hogar. Por su parte, el tercero de ellos se encontraba en el exterior a la espera de la salida para volver a poner rumbo a Madrid.
Una vez dentro empujaron a las dos mujeres al sofá y les ataron las manos con una cuerda y los pies con ropa de cama, imposibilitándoles así el movimiento. Tras subir a la segunda planta para abrir la caja fuerte --tal y como les indicó su cómplice-- y no poder hacerlo, uno de ellos bajó y amenazó a la propietaria de la vivienda, llegándole a pichar el cuello. Una actitud de la que desistió al ser avisado de que la mujer padecía Alzheimer.
Finalmente, tras registrar todas las habitaciones y cajones, se apoderaron de unas botellas que se encontraban en una caja, 120 euros, tres relojes --dos de ellos de oro--, cuatro anillos --dos de esmeralda y brillantes y dos de rubíes y brillantes--, tres pulseras y un móvil. Posteriormente, huyeron con el motín, marchándose a Madrid con el cuarto de los acusados que los esperaba en el exterior.
Por su parte, cuando la empleada del hogar logró desatarse las manos, desató a la propietaria de la vivienda, "que se encontraba muy mal", y fue a pedir ayuda por la ventana, siendo vistas por una vecina que avisó a la Policía. Como consencuencia de estos hechos, según la sentencia, ambas mujeres sufren un estrés postraumático.