ALGECIRAS (CÁDIZ), 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
Agentes de la Policía Nacional han detenido a tres personas como presuntos autores de un delito de estafa y pertenencia a organización criminal. Los detenidos supuestamente formaban una organización criminal establecida en el Campo de Gibraltar, dedicada durante años a captar y embaucar a multitud de personas con la promesa de conseguir el acceso a un puesto de trabajo en el Puerto de Algeciras (Cádiz).
Según ha explicado la Policía Nacional en una nota, los detenidos presuntamente solicitaban que hicieran entrega de grandes cantidades de dinero que oscilaban de los 6.000 y 35.000 euros. Los investigadores han realizado una estimación sobre el alcance de los afectados, rondando el centenar de persona. Algunos de los afectados no han querido personarse en la causa con intención de evitar realizar una trazabilidad del dinero entregado.
La investigación se inició a raíz de las detenciones que se llevaron a cabo por un delito de extorsión de varias de las víctimas de estos hechos, los cuales exigían a los investigados la devolución de las cuantiosas cantidades entregadas en contraprestación a la inscripción en una bolsa de empleo a través de una empresa de trabajo temporal, que garantizaba un acceso directo y prioritario a un puesto de trabajo como portuario en el Puerto de Algeciras.
Así, a raíz de ese delito de extorsión esclarecido, la Unidad de Delincuencia Especializada Violenta (UDEV) de la Comisaría de La Línea de la Concepción contactó con 47 víctimas y testigos de esta estafa, los cuales describieron con el modus operandi empleado. Para motivar y fundamentar el engaño, los investigados se aprovechaban de la difícil situación económica por la que pasaban las víctimas, quienes para hacer frente al pago mencionado, debían endeudarse tanto con entidades bancarias como con diversos parientes, aportando tanto ahorros personales como familiares.
El engaño de dicha estafa se encuentra fundamentado en los históricos y continuos rumores que existen en relación a las vías de acceso a los puestos de trabajo en el Puerto de Algeciras, donde, hasta la reciente liberalización del sector portuario, las contrataciones se hacían directamente y de forma discrecional por las sociedades anónimas de gestión de trabajadores portuarios, estando en boca de la ciudadanía que el pago de comisiones era el único modo de ingreso en los procesos de selección de las mismas, llegando a abrirse por estos hechos diferentes investigaciones policiales y judiciales a nivel nacional.
Fruto de las gestiones realizadas, se determinó que ninguno de los afectados había llegado a realizar ningún curso de formación, ni a formar parte de la supuesta bolsa de empleo que se ofertaba, sin haber firmado ningún tipo de contrato o documento que acreditara la veracidad de lo ofrecido. Así pues, por todo ello los denunciantes han sido considerados como víctimas de un delito de estafa, ya que, tras solicitar en reiteradas ocasiones la devolución de las cantidades entregadas, el reintegro en la mayoría de los casos nunca se ha llevado a efecto.
Los investigados como presuntos autores de un delito de estafa habían establecido un claro reparto de tareas, entre quienes se dedicaban a la captación de las distintas víctimas, valiéndose para ello de los propios perjudicados, a quienes instaban a que comunicaran dicha oportunidad laboral a las personas de su entorno y el presunto "cabecilla" de la misma, a quien iba destinado el dinero entregado y supuestamente mantenía los contactos dentro del Puerto de Algeciras.
Una vez captados, eran informados del único requisito indispensable de acceso, la entrega de importantes cantidades de dinero que llegaban a alcanzar la cuantía de 35.000 euros, convenciendo a las víctimas con la idea de que se encontraban ante una gran oportunidad laboral, para lo que exhibían las características del puesto, mostrando nóminas de las retribuciones y dando fiabilidad absoluta del acceso inmediato al Puerto.
Los engaños se mantuvieron durante meses con asiduas reuniones presenciales en diferentes locales hosteleros del Campo de Gibraltar, donde los investigados reunían a multitud de personas para dar información sobre el acceso a los falsos puestos de trabajo, y las fechas de firma de contratos, aportando información actualizada de los cambios que se estaban produciendo en la organización, todo ello con el único fin de captar el mayor número de víctimas posible y continuar lucrándose de ellas.
El clima propio de seriedad que pretendían dar a esta ficción de contratación se perfeccionaba mediante llamadas telefónicas a los perjudicados haciéndose pasar por empleados de la Empresa de Trabajo Temporal o del Puerto de Algeciras, encargados de la bolsa de empleo, para ratificar los datos personales de los afectados y concretar citas de firma de contrato que nunca llegaron a llevarse a cabo.