ALMERÍA 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Festival Internacional de Cine de Almería (Fical) proyecta este lunes a concurso dentro de su Certamen Nacional 'Ópera Prima' la película 'Crónica de una tormenta, de la directora Mariana Barassi, quien ha destacado el trabajo actoral de sus dos protagonistas, Ernesto Alterio y Clara Lago, "verdaderos cómplices del guión que no queríamos que se convirtiera en un panfleto, en un blanco y negro porque las relaciones humanas tienen muchas capas".
"Ernesto y Clara se subieron la película a los hombros desde el primer momento que dijeron sí y me dejaron alucinada, y a partir de ahí, todo cogió fuerza y una velocidad muy buena", ha dicho en la rueda de prensa de presentación en el que es su segundo festival en España tras el de Málaga y antes de que se proyecte en pantalla grande "actualmente un lujo y un privilegio que se pueda ver una película en la casa real del cine".
Junto al director del festival Enrique Iznaola, quien ha deseado que 'Crónica de una tormenta' "llegue pronto a las pantallas", la cineasta ha desgranado algunos entresijos de un guión "en cuya escritura final Ernesto Alterio y Clara Lago fueron verdaderos cómplices" y de un largometraje en el que "uno de los grandes desafíos era recoger ese desembalaceo de poder que se produce entre uno y otro a lo largo de la historia y mostrar que todas las relaciones tienen dos caras".
Barissi ha remarcado el peso de los personajes en una historia "en la que el rol amo y esclavo se van invirtiendo continuamente" y ha aludido al "lujo" de contar con el dúo protagonista.
"No puedo estar más agradecida. Con Ernesto fue amor a primera vista porque, aunque conocía su trayectoria en cine y teatro, muy espectacular, es además una persona que trabaja con muchísima generosidad, y para Clara era un desafío en el registro pero disfrutó muchísimo en el rodaje", ha señalado.
La cineasta, que compite junto a otros siete largometrajes en el certamen nacional de Fical, ha indicado al hilo de esto que, desde el principio, "supe con claridad que teníamos que seguir a los personajes" y que la "puesta en escena tenía que ser más en función de ellos que en función de la propia acción".
"Por suerte pudimos rodar con dos cámaras para seguirlos a ello en cada momento, pero estaba el desafío de que eran escenas larguísimas, en las que si querías cortar y repetir, tenías 20 minutos de preparación", ha explicado a preguntas de los periodistas, ante los que ha matizado que estas escenas "larguísimas también dieron lugar a algo mágico entre los dos actores; estaban tan metidos que solo había que seguirlos".
En esta línea, ha afirmado que la adaptación al cine de esta obra de teatro se rodó "de noche casi toda la película para que fuese lo más cronológico posible y eso fuese alimentando a los personajes". "El montaje fue el momento final para tejer la interpretación y el diálogo", ha remarcado.
Barissi ha admitido, asimismo, que hubo poco espacio a la improvisación pese a la naturaleza del texto "porque la clavaban todo el tiempo; son unos hachas y lo hacían todo fluido".
"Con escenas de diez páginas hubiera sido raro que no cambiaran los diálogos, pero no lo hicieron", ha remarcado Barissi, quien ha aludido en este punto a que los ensayos "eran más sobre las motivaciones de cada uno, de saber de dónde venían y a dónde iban". "Fueron en dos semanas y fueron agotadoras por el proceso de construcción de personajes, aunque muy bonitas porque nos entendemos desde el comienzo, todo muy intenso", ha concluido.