Lamenta su muerte y recuerda su amor por Andalucía y su cultura
SEVILLA, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
El consejero de Educación, Cultura y Deporte, Luciano Alonso, ha lamentado el fallecimiento del poeta y flamencólogo Félix Grande, del que ha destacado el profundo amor que sentía por Andalucía y su cultura y ha defendido que fue "un escritor completo", un "poeta sublime, respetuoso con la tradición pero desobediente", como él mismo escribió sobre Paco de Lucía.
"Fue un extremeño de Tomelloso, que amaba a Andalucía y que soñaba en Madrid', ha manifestado Alonso sobre el escritor que está considerado uno de los grandes renovadores de la poesía española de los años 60.
El consejero de Cultura ha subrayado, además, que "su aproximación creativa a la historia y al pálpito del flamenco enamoró a numerosos aficionados, y a través de su valiente labor como articulista supo presentar batalla a todos los totalitarismos".
"Nos legó a la vez una larga obra crítica, numerosos ensayos y relatos tan emotivos y tan rigurosos como 'La balada del abuelo Palancas', una formidable y divertida parábola de la obstinación de su familia pero también de varias generaciones de españoles empeñados en la heroica tarea de sobrevivir", ha añadido Alonso.
Félix Grande está considerado uno de los más destacados autores de la generación que comenzó a publicar tras la posguerra civil. Poeta, narrador y ensayista, su carrera literaria comenzó al recibir el Premio Adonais de Poesía en 1963 por su obra 'Las piedras', libro de talante existencial en el que explora el tema de la soledad.
Vinculado a numerosos escritores andaluces, desde el también desaparecido Fernando Quiñones a Pilar Paz Pasamar, Félix Grande ha participado en muchas ocasiones dentro de los programas literarios del Centro Andaluz de las Letras con la presentación de sus obras y lecturas poéticas. La última vez fue en el año 2011, con su libro de poemas 'Libro de familia', una obra intensa que recuperaba su voz lírica tras años de silencio.
También ha colaborado estrechamente con el Instituto Andaluz de Flamenco, en cuyo primer congreso internacional participó. Una de sus últimas aportaciones en este ámbito fue la base documental de la nueva producción del Ballet Flamenco de Andalucía, 'En la memoria del cante, 1922', dirigida por Rafaela Carrasco y que fue estrenada recientemente en Córdoba.
En 1978 recibió el Premio Nacional de Literatura por 'Las rubáiyátas de Horacio Martín', que constituye una exploración del sentido de la experiencia erótica desde un punto de vista existencial. Cultivó desde muy pronto la narrativa y fue galardonado en 1965 con el Premio Eugenio d'Ors de novela corta por 'Las calles'.
Ha prestado también atención al relato breve y como ensayista destaca 'Memoria del flamenco' (1979), obra básica para una aproximación al arte flamenco, al que ya había rendido tributo anteriormente al elaborar los textos en prosa y verso del disco 'Persecución' (1976), cantado en su día por Juan Peña El Lebrijano, en torno a la epopeya del pueblo gitano. En 'Paco de Lucía y Camarón de la Isla' (2000) vino a resumir, por otra parte, su devoción hacia ambos.
Por último, cabe mencionar su libro 'La calumnia' (1987), en el que defiende a Luis Rosales de los varios y malintencionados ataques que recibió a propósito de la detención y asesinato de Federico García Lorca, que se había refugiado en casa de los Rosales en Granada.