HUELVA 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
Después de 48 horas encadenados en las instalaciones de Gas Natural Fenosa en Doñana para protestar por el proyecto gasístico que la empresa tiene en la zona, los activistas de Greenpeace han finalizado su campamento para llevar a Sevilla, a la sede de la Junta de Andalucía y a la Delegación de Gobierno, más de 75.000 firmas que apoyan su lucha y que piden la inmediata paralización del proyecto, coincidiendo con el día en el que finaliza el plazo dado por la Unesco a España para informar de las medidas que va a tomar para cumplir con las recomendaciones de este órgano internacional para proteger Doñana.
Con las firmas que se entregarán, muchas de ellas conseguidas gracias al campamento de protesta, la organización reitera su petición a la Junta de Andalucía y al Gobierno central de paralización inmediata del proyecto de Gas Natural Fenosa por atentar contra el Espacio Natural Protegido de Doñana, una joya natural a escala mundial; y de activar, en el marco de sus competencias, los recursos legales necesarios para acabar con un proyecto tan peligroso como innecesario.
"Greenpeace va a seguir denunciando y luchando para lograr que las administraciones responsables de que Gas Natural Fenosa vaya a almacenar gas en Doñana prohíban el proyecto", ha declarado Julio Barea, responsable de campaña de Greenpeace. "Durante los dos días que hemos estado bloqueando las instalaciones de la empresa hemos recibido el apoyo de numerosos colectivos y de la población local que nos dan fuerza y nos animan a continuar", ha añadido en un comunicado.
Con la acción de Greenpeace se ha hecho llegar a Gas Natural, al Gobierno y la Junta el clamor popular que pide que el Parque Nacional y su entorno no se convierta en un almacén de gas, demostrando que si hay voluntad se puede parar el proyecto.
La organización considera que con la entrega de las más de 75.000 firmas en contra del proyecto de Gas Natural Fenosa, el siguiente paso deberán darlo el Gobierno central y la Junta de Andalucía quienes tienen poderes suficientes para descartar definitivamente el almacén de gas y optar por un desarrollo económico basado al 100 por ciento en energías renovables, ahorro y eficiencia energéticas.
Greenpeace mantiene que el proyecto de Gas Natural Fenosa "no es compatible" con el desarrollo sostenible de Doñana y su comarca. "Los vertidos y explosiones, inherentes a la industria de los hidrocarburos, generarán problemas de contaminación en las aguas superficiales y subterráneas y pone en peligro la actividad económica y el modo de vida de las personas de la zona", advierten.
En ese sentido, destacan que el proyecto es "una amenaza a la biodiversidad del parque y el patrimonio natural". "No generará apenas puestos de trabajo y serán precarios. Supone tirar a la basura los fondos estatales y europeos empleados para la conservación de Doñana y además, según los últimos informes técnicos incrementa significativamente el riesgo sísmico en toda la zona, y todo ello solo para favorecer los intereses particulares de una empresa", han añadido.
Concluye Greenpeace destacando que este proyecto, "además de peligroso e innecesario, aleja a España de cumplir con el Acuerdo de París cuyo objetivo es la lucha contra el cambio climático ya que retrasa la necesaria transición desde el modelo energético actual basado en los combustibles fósiles a otro 100 por cien renovable, eficiente e inteligente que tendremos que acometer antes de mediados de siglo".