Un nuevo estudio concluye que las lechuzas blancas se vuelven "invisibles" a la luz de la luna

Ejemplar de lechuza blanca común.
Ejemplar de lechuza blanca común. - EBD-CSIC
Publicado: martes, 17 diciembre 2024 11:52

HUELVA 17 Dic. (EUROPA PRESS) -

Un estudio interdisciplinar liderado por la Estación Biológica de Doñana-CSIC, publicado en la revista PNAS, concluye que el color blanco de la lechuza común (Tyto alba) podría ser una adaptación que las hace más difíciles de ver para sus presas cuando vuelan contra el cielo nocturno totalmente despejado y que las puedes hacer "invisibles" a la luz de la luna.

Según ha indicado el CSIC en una nota de prensa, este estudio aborda "la paradoja de la coloración de la lechuza común", ya que se trata de un búho de un blanco llamativo y diferente al resto de búhos rapaces nocturnos, que presenta plumajes con diseños complejos que claramente los ocultan en su entorno.

El vuelo de la lechuza es "tan silencioso como el de cualquier otro búho", pero su blanco plumaje ventral, "lejos de ser discreto, podría alertar a sus presas". Sin embargo, según el nuevo estudio, esto "no es necesariamente así". "Nosotros trabajamos con la hipótesis de que el plumaje de la lechuza podría representar un tipo de camuflaje nocturno novedoso", ha explicado Juan J. Negro, especialista en ecología del comportamiento e investigador de la Estación Biológica de Doñana-CSIC.

"La ocultación de la lechuza en vuelo de caza se lograría cuando el contraste entre el depredador y el cielo está por debajo del umbral de detección visual de sus presas, típicamente roedores que buscan su alimento en el suelo", detalla Juan J. Negro.

Al respecto, el investigador señala que la condición de "práctica invisibilidad" para el desprevenido ratón que propone el equipo científico generalmente "no se cumple en noches completamente nubladas o sin luna", lo que se conoce como cielos isotrópicos. Sin embargo, en noches despejadas, la isotropía del resplandor del cielo se ve alterada si está presente la luna, lo que permite "una compensación entre la luz de la bóveda celeste detrás de la lechuza y la luz reflejada por ella hacia el suelo donde está la presa".

De este modo, la lechuza puede llegar a volverse "casi indetectable" para el ratón que, cuando alcanza a ver la lechuza, "suele ser demasiado tarde y no tiene escapatoria". Además, estos resultados, según apunta el estudio, concuerdan con observaciones previas que indican que, en noches de luna llena, las lechuzas más blancas consiguen atrapar más presas que las lechuzas más oscuras. Y es que la coloración del plumaje ventral de las lechuzas varía naturalmente desde el blanco níveo al anaranjado.

"Examinamos la eficiencia del plumaje blanco de las lechuzas como medio para camuflarse cuando cazan teniendo en cuenta las propiedades radiométricas del cielo, el suelo y las propias lechuzas, así como el sistema visual del ratón, que es distinto al de los humanos", comenta el astrofísico David Galadí, investigador de la Universidad de Córdoba y coautor del estudio.

En este sentido, Galadí remarca que el nuevo modelo indica que una lechuza en vuelo "puede acercarse a los roedores desde varios ángulos en el cielo iluminado por la luna, permaneciendo siempre por debajo del umbral de detección de los sistemas visuales del ratón".

Así, el estudio muestra que el plumaje blanco de las lechuzas sirve como "un camuflaje eficaz adaptado al fondo de cielo iluminado por la luna", proporcionando una nueva base para comprender el camuflaje nocturno en otras especies. Las implicaciones de este trabajo multidisciplinar "van más allá del propio camuflaje", según explica Carlos Camacho, especialista en el estudio de especies nocturnas e investigador en la Estación Biológica de Doñana.

"Las lechuzas más claras y oscuras de una población podrían sincronizarse con el ciclo lunar de forma opuesta para maximizar sus oportunidades de caza. Este desacople podría actuar como una barrera temporal, dificultando los emparejamientos entre lechuzas de distinto color pese a compartir el mismo espacio", ha abundado.

El estudio implica también que la contaminación lumínica "podría interferir con el funcionamiento natural de los ecosistemas de maneras inesperadas", porque "abrillanta el cielo nocturno de un modo que contrarresta el camuflaje proporcionado por el plumaje blanco de las lechuzas", lo que hace al depredador "más fácil de ver por su presa como una silueta oscura contra un fondo brillante".

Para realizar el estudio, se ha contado con participación tanto de biólogos de la Estación Biológica de Doñana como de personal científico especializado en física de otras instituciones. Por ejemplo, para los estudios radiométricos del plumaje blanco de la lechuza se han utilizado sofisticados sistemas de medición en laboratorios del CSIC en Madrid y de la Universidad de Granada.

La radiometría y fotometría del cielo con luna se ha estimado utilizando un calculador que proporciona diversos indicadores del brillo del cielo en función de la altura de la luna sobre el horizonte, su fase, el contenido de aerosoles de la atmósfera y el albedo del suelo. Este calculador ha sido desarrollado por Eduard Masana, del Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona (ICCUB) y el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) y Salvador Bará, investigador independiente, que contaron con la colaboración de Carmen Bao-Valera, de la Universidad de Santiago de Compostela.

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